En el umbral del colapso
CCuando hemos tenido brotes o epidemias muy contagiosas, nuestros hospitales suelen experimentar el colapso de sus servicios, por múltiples factores.
O son insuficientes las camas para internamientos, o faltan médicos para atender las emergencias o se agotan los medicamentos e insumos hospitalarios.
Era previsible que en un momento de pandemia, como la del coronavirus, que ya ha contagiado a más de 25,000 ciudadanos y que sigue imparable, esta presión por servicios hospitalarios se desbordara.
Es lo que está ocurriendo ahora. Más de 2,000 ciudadanos ocupan hoy la mayoría de las camas disponibles y, al menos, un 70 por ciento de las destinadas a cuidados intensivos.
Pronto la urgencia será aumentar las camas, los médicos y las disponibilidades de insumos y equipos, como los ventiladores mecánicos, para hacer frente a la emergencia.
En la lucha contra la pandemia, las prioridades son extremar las medidas de prevención y robustecer las capacidades de los hospitales y clínicas para responder a un flujo inmanejable de pacientes contagiados.
Pero hay que recordar que los hospitales también enfrentan demanda agregada de pacientes con otras enfermedades o sometidos a cirugías, lo que lleva inevitablemente a un colapso del sistema de salud del país.
Ese es el panorama de hoy.
Lo penoso es que todavía muchos no les temen al virus porque no han sentido la dureza de sus síntomas ni se imaginan las penurias que implican el aislamiento hospitalario o la entrada a una de las Unidades de Cuidados Intensivos.