¿Qué leen y qué quieren los lectores?
Cada mañana, cuando nos reunimos alrededor de la mesa de editores a planificar las búsquedas noticiosas, lo primero que hacemos es escuchar la voz de nuestros lectores.
¿De qué forma? Pues verificando el ranking de las noticias del impreso (que fueron trasvasadas al digital) y conociendo algunas reacciones relevantes expresadas por los usuarios, positivas o no, lo que nos da una idea aproximada del nivel de acogida que han tenido.
Las diez noticias más leídas, en orden a la cantidad de lectores registrados por nuestras herramientas de medición, no siempre son las que los editores categorizamos como las “más importantes” en base a un criterio de interés nacional y a las cuales les dimos un rango jerárquico en la primera página.
Para nuestra sorpresa, muchas de ellas se refieren a otros tópicos que van más allá de las abundantes noticias de la política o de la economía y que se centran en asuntos de interés humano, en novedades del mundo artístico, en reportajes sobre la salud, en historias de éxitos en la vida o en las carreras de los ciudadanos comunes, sin soslayar las trágicas.
Esta especie de caleidoscopio nos permite identificar tendencias de lectoría según los temas o calibrar el interés que ha despertado en los lectores nuestro menú de noticias del día en el impreso, una buena pista para seguir al lomo de las más leídas y tratar de desmenuzarlas en sus distintos ángulos.
La información recogida en estas mediciones es la que sirve de punto de partida en la tarea de la planificación del día siguiente, sobre la base de profundizar en sus características más relevantes, ir a sus causas, intentar predecir sus consecuencias y someterlas a un análisis o interpretación más profunda.
¿Qué buscamos con eso? Pues agregarle valor a un episodio, descubriendo todas sus aristas a sabiendas de que así podemos mantener el interés del lector por algo que en principio cautivo su atención.
Si bien estas informaciones ayudan a condicionar nuestras búsquedas noticiosas del día, no nos eximen de mirar más lejos del día después y es por eso que en la discusión matinal de estos temas surgen propuestas para abordar los hechos desde diferentes perspectivas en nuestras ediciones impresas.
Se trabaja entonces con la lógica de dos apuestas simultáneas: una para el digital mediante el monitoreo y seguimiento continuo de las noticias, y otra para las ediciones de papel, que no necesariamente tienen la prisa y la urgencia que demanda aquella plataforma, donde los usuarios entran intermitentemente a verificar las últimas novedades.
Con la experiencia del manejo de estas apuestas, volvemos de nuevo en la tarde a la misma mesa de los editores a decidir la puesta en página de nuestros contenidos, siempre pensando si supimos entender y comprender el interés de nuestros lectores y si verdaderamente nos pusimos al nivel de sus expectativas y preferencias.