Lo que vale una prensa libre
Tres grandes escándalos de manejos financieros turbios y de espionaje político de alcance multinacional han sido destapados por diarios independientes y medios televisivos, trabajando como aliados por la causa de la transparencia, lo que subraya la importancia de contar con una prensa libre en las sociedades democráticas.
De nuevo, este papel ha sido ejemplarmente llevado a cabo por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación al divulgar miles de documentos secretos de la empresa constructora brasileña Odebrecht con la historia, no contada hasta ahora, de pagos de sobornos por casi 800 millones de dólares a funcionarios y políticos de distintos países de América Latina, incluyendo el nuestro.
Esta revelación viene a ser una especie de segunda ronda de publicaciones, ya que en la primera oleada fue destapada la gigantesca trama de corrupción de Odebrecht en el mundo, en la cual quedaron salpicados algunos notorios personajes dominicanos.
Y entre ambos momentos, el mismo consorcio de diarios independientes, que cuenta con más de 250 periodistas investigadores en 90 países articulando una alianza de cerca de 100 medios de comunicación, destapó el escándalo de los llamados “Panama Papers”, en 2016, sobre centenares de cuentas abiertas por empresas offshore para ocultar fondos lícitos e ilícitos.
Para un esfuerzo como este, los diarios independientes comparten información sensitiva, comprueban su veracidad, consultan fuentes y crean un equipo de redacción.
Es un proceso con carácter confidencial que toma siempre varios meses. Una vez obtenida y procesada la información reunida, los diarios y medios televisivos escogen un día para hacer la difusión simultánea.
Lo relevante de todo esto es que los medios periodísticos actúan más por sentido de cumplimiento de misión que por razones pecuniarias o políticas. Este es el compromiso sagrado de la prensa: denunciar las anomalías de una sociedad, no importa si se cometen desde el gobierno o fuera de él.
En sociedades de instituciones debilitadas como la nuestra, donde la justicia no siempre cumple con la parte punitiva que debería seguir a estas escandalosas revelaciones, el papel de la prensa independiente es vital para contener el retroceso fatal de dichas instituciones, vale decir, para ejercer de contrapeso ante las desmesuras del poder y abrir la cancha de las expresiones a los ciudadanos, sin cortapisas.
Los gobiernos tramposos o propensos al autoritarismo o la dictadura, no quieren saber de la prensa libre. Es la única y última trinchera de la libertad desde la cual las sociedades, peleando por la subsistencia de la democracia y sus instituciones, pueden ser capaces de resistir las embestidas de los regímenes intolerantes, o de los jefes y sicarios del crimen organizado.
Ahora lo ha demostrado, por enésima vez. Ha destapado otra caja de pandora sobre los sobornos de Odebrecht y le toca el turno a la justicia de los distintos países envueltos por la trama corrupta iniciar las investigaciones y culminarlas del modo que esperan todas las sociedades engañadas y timadas por estos prevaricadores: aplicándoles las penas correspondientes, no apañando a los culpables.