Un esfuerzo sobrehumano

El despliegue de millares de voluntarios, policías y militares en todas las carreteras y sitios vacacionales del país constituye la prueba palmaría del esfuerzo sobrehumano que se está haciendo para prevenir tragedias durante la Semana Santa.

Todas las vías posibles para la comunicación masiva han sido usadas para difundir orientaciones, mensajes y advertencias a los ciudadanos para que eviten incurrir en excesos de todo tipo en el transcurso del asueto.

Es decir que consejos no ha faltado. No obstante, el tramo más santo de la Semana Mayor comenzó con tragedias lamentables en las carreteras, provocadas precisamente por aquellos que no atienden las recomendaciones de manejar vehículos de motor con prudencia y en estado de sobriedad.

Por más controles que se han establecido para que los conductores eviten el exceso de velocidad y el manejo temerario, resulta difícil persuadir a ciertos vacacionistas de que tomen las cosas de otra manera. Todavía estamos a tiempo de dar cumplimiento al sentido de la prudencia, que es el mejor antídoto contra los excesos, en la esperanza de economizarnos más muertes y personas heridas en nuestras vías públicas.