La fiebre del dinero fácil

En un país minado de casinos, bancas de apuestas, loterías y centros de juegos con máquinas tragamonedas, a las que franquean múltiples sistemas piramidales que prometen “doblar”ganancias, la fiebre de la riqueza facil está siempre en 40 grados.

En estos vicios están atrapados millares de ciudadanos de todos los estratos socioeconómicos que buscan la buena suerte de ganar más dinero de forma más fácil. O lograr la gran fortuna de la vida.

Muchos pierden lo que han acumulado como patrimonio, parte o todo del efectivo que manejan en el momento, otros se endeudan para salir de los enredos que les causan las pérdidas en las apuestas, y no pocos hasta la vida misma pierden, agobiados por el peso de la bancarrota.

Tal parece que no hay remedios a la vista contra esta fiebre o frenesí por ganar dinero fácil y rápido en la sociedad. Los que lo hacen vía juegos y apuestas están acicateados por las mismas ambiciones que los que trafican con drogas o se prestan a diversas formas de engaño.

Las bancas de apuestas, que en número superan a las escuelas existentes, y que crecen como la verdolaga, sin restricciones de distancias entre unas y otras, ejemplifican el alcance e intensidad de la ludopatía en el país.

Lo peor es que en esta fiebre caen también los niños, incentivados desde temprana edad a participar en estos juegos. La Procuraduría General de la República está dando una fuerte batida contra los centros ilegales de tragamonedas, pero estos reaparecen como por arte de magia.

Los gobiernos no se atreven a enfrentar y restringir al máximo estas operaciones, porque por un lado cobran impuestos y, por el otro, se asumen como válvulas de escape a la desesperación de muchos por llegar a la riqueza.