¡A pedalear!

Circular en bicicletas, sea para ejercitarse o para cumplir una sana rutina en la movilidad diaria, es el secreto de la buena salud en muchas sociedades modernas.

Tanta importancia le asignan a su uso que en las grandes capitales del mundo existen ciclo-rutas y múltiples estaciones en las que el usuario alquila bicicletas para dirigirse de un lugar a otro, al más bajo costo.

Sucede, inclusive, en urbes con un voluminoso parque vehicular, como alternativa al congestionamiento vial y como fórmula de aminorar la contaminación ambiental.

La preocupación por el deterioro del ambiente ha dado lugar a que la industria automotriz acelere la producción de vehículos amigables, que no queman combustibles sino que se impulsan por energía solar, cargas de electricidad o algún combustible que no sea fósil.

Hasta se ha declarado un Día Mundial sin Automóviles, que es hoy, lo que da una idea de la importancia de transformar los actuales modelos de la transportación, para que sea masificado a través de buses, metros o teleféricos.

Las bicicletas juegan un benéfico rol en estos objetivos mundiales y por eso surgen comunidades que promueven su uso, no únicamente para producir un bienestar físico sino para despejar las vías de tantos aparatos contaminantes y ruidosos que elevan los niveles de estrés en los grandes conglomerados urbanos.

Aquí debemos integrarnos a esa tendencia, replicando los modelos ya probados en otras grandes ciudades que han funcionado eficazmente, mediante una política de bajos costes para la adquisición de bicicletas y apertura de ciclo rutas en nuestras ciudades.