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El buen periodismo monetiza

En una esfera digital saturada de noticias falsas, la credibilidad y el escrupuloso manejo de noticias y contenidos ha permitido que el buen periodismo se convierta en un valioso activo para la monetización y rentabilidad de sus plataformas, sean impresas o digitales.

Lo prueba el hecho de que ahora, a diferencia de unos pocos años atrás, hay más usuarios dispuestos a pagar por el periodismo de calidad suscribiéndose a los sitios digitales de grandes medios impresos, aun cuando estos ofrezcan en gratuidad parte de sus contenidos habituales.

Para tales fines, los grandes diarios han experimentado diferentes modelos de muros de pago, en unos casos eliminando los anuncios que intermitentemente interrumpen la lectura en los contenidos gratuitos, en otros ofreciendo promociones de descuentos o creando una corriente de fidelidad a través de usuarios que cooperan voluntariamente.

Las tarifas varían, pero por el momento resultan accesibles, usualmente menores de 10 dólares mensuales. Las ofertas de contenidos también se diferencian.

Un detalle interesante es que en esta estructura de precios estandarizados no influyen mucho el tamaño del mercado ni la circulación de los medios. Lo que vale es la calidad y la veracidad de los contenidos, una regla de oro que solo los medios tradicionales son capaces de privilegiar y respetar.

Dentro de estas innovadoras estrategias de suscripción digital aparecen medios que ofrecen paquetes con un determinado número de noticias y trabajos especiales de investigación, exclusivamente para los suscriptores, y otros que se enfocan en los temas que particularmente interesan a los lectores, cuyas preferencias se descubren a través de los registros de sus accesos.

En otros casos los medios priorizan contenidos especiales de fines de semana, dejando abiertas las puertas de la gratuidad al resto de otras noticias, que es como decir un servicio VIP para quienes están dispuestos a pagar.

También existen estrategias para suscripciones de prueba por un tiempo, que luego devienen en permanentes en la medida en que los usuarios se sienten satisfechos por los contenidos de calidad, así como ofertas que facilitan el acceso del suscriptor a contenidos de vídeos y música, libros, recetas culinarias y programas de recompensas en compras o al PDF de las ediciones impresas, que en la práctica equivale a tener todo el diario a su disposición.

Años atrás, era difícil creer que los muros de pago funcionarían en vista del predominio de la gratuidad. Pero gradualmente el fenómeno de las noticias falsas o el truqueo de imágenes y vídeos, que constituyen la mayor tajada de las redes sociales, ha ido creando una audiencia que apuesta por la verdad y la profesionalidad con que los medios tradicionales manejan sus informaciones.

El informe global de las suscripciones digitales del 2018 muestra cómo los grandes diarios The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Jornal (en Estados Unidos); The Financial Times, The Guardián, The Economista, Times de London, Le Monde, El Diario de España (en Europa) y Clarín y Folha de Sal Paulo (en América Latina), entre otros, están teniendo resonantes éxitos y muchos ingresos con sus modelos de suscripción pagada.

El principal es el The New York Times, con 2.8 millones de suscriptores, pero la lista de los que tienen ahora menos de un millón es bastante larga. Y sigue creciendo, lo que confirma que el periodismo de calidad no muere.

Traducción al inglés de Las Reflexiones

The journalism of quality is monetizable

In a digital sphere saturated with fake news, downgrading credibility, the scrupulous management of news content has allowed the journalism of high quality to become a valuable asset for the monetization and profitability of its platforms, whether printed or digital.

This is proved by the fact that there's now, unlike few years ago, more users willing to pay for quality journalism by subscribing to the digital platforms of the greatest printed journals, even when they offer some of their regular content for free.

For these purposes, the big newspapers have experimented with different models of payment walls, in plenty of cases removing ads that intermittently interrupt reading through the free content, in others offering discounts or creating a stream of loyalty through users cooperating voluntarily.

The rates vary, but for the moment they remain pretty are accessible, usually less than 10 dollars a month per user. Content quality also differs with these plans.

An interesting detail is that the size of the market and the circulation of the media don't influence much in this structure of standardized prices. What matters the most is the quality and truthfulness of the content, a golden rule that only the traditional media are able to privilege and respect.

Within these innovative digital subscription strategies, some media offer packages with a limited number of special news and researchs exclusively for subscribers, and others that focus on topics that particularly interest these subscribers, whose preferences are discovered through the registration of their accesses.

In other cases, the media prioritize special content just for the weekends, leaving the doors open to the rest of the news, which is like a VIP service for whom are willing to pay.

There's also the strategy of giving out the user a free, trial, subscription for a limited time, usually ranging from a few weeks to a month, which then might become a permanent or longer subscription as the user becomes satisfied by the quality of content he can expect from now on, including offers that facilitate the potential subscriber access to video and music content, books, culinary recipes and rewards programs on purchases or the PDF version of the printed news, which in practice is equivalent to having the entire newspaper at your disposal.

Years ago, it was difficult to believe that the walls of payment would work while gratuity coexisted. But gradually, the phenomenons of the fake textual news and the trickery of images and videos, which constitute the biggest loophole of the social media, have been creating an audience that bets on professionalism and truth, which the traditional media is famous for treating their information with, thus also allowing paid plans to be born, offering even more trustworthy and quality content.

The global report about digital subscriptions for 2018 shows how the major newspapers, The Washington Times, The Washington Post, The Wall Street Journal (in the USA), The Financial Times, The Guardian, The Economist, London Times, Le Monde, El Diario de España (in Europe) and Clarin and Folha de Sal Paulo (in Latin America), among others, are having resonant success with their paid subscription models.

The main one is The New York Times, with 2.8 million subscribers, but the list of those with under a million subscribers is quite long and keeps growing at a reasonable speed, which confirms that quality journalism doesn't die.

- Translated from spanish by Randy Rodriguez.

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