Urge poner fin al caos del tránsito
La iniciativa del gobierno de instalar un nuevo teleférico, esta vez en el populoso sector de Los Alcarrizos, es un paso correcto en los planes de mejorar el caótico sistema de tránsito y transportación de esta metrópolis, ya colapsado.
Se necesita masifi car la transportación, organizando un esquema triangular que permita a los ciudadanos moverse alternativamente en el Metro, los teleféricos y los autobuses, y suprimir el vergonzoso y peligroso chatarraje que hoy degrada las condiciones en que deben transportarse millares de ciudadanos.
Los mejores modelos funcionan ya en muchas capitales y se caracterizan por la combinación de estas tres formas de movilización, organizadas para permitir un fl ujo constante y normal en las transferencias entre uno y otro medio, evitando taponamientos innecesarios y molestosos en las vías públicas.
¿Cómo es posible que aquí no hayamos sido capaces de establecer y hacer respetar los carriles especializados para autobuses o proceder a la profi laxis del concho sacando de circulación a miles de vehículos inservibles, inseguros y contaminantes y reemplazarlos por nuevos?
Son soluciones elementales que existen, bien probadas, en otras capitales, más o menos iguales a nuestra gran metrópolis. Es decir, que son posibles aplicar aquí si de veras queremos transformar radicalmente el sistema actual, bajo el cual los conductores de vehículos públicos, sintiéndose dueños de las vías, violan las leyes del tránsito e irrespetan a la autoridad, sin sanciones.
Rara vez se observa que un vehículo pesado, un camión, una patana o un autobús, es detenido y sancionado por violar las leyes. Sin embargo, a los automovilistas o motociclistas los multan y les incautan momentáneamente sus vehículos, por las mismas infracciones.
Eso indica que la autoridad les tiene miedo a los primeros, porque están congregados en empresas que disimulan con la fachada de “sindicatos” para chantajear a los gobiernos, haciéndoles huelgas, parando la circulación en las vías o aumentando medalaganariamente los fletes.
Todo ese esquema de corrupción y de desorden, que agrava el sistema de tránsito, debe ser urgentemente desmantelado por otro más moderno, mejor, funcional y masivo.