Opinión

¡Con un puñal en el tribunal!

Hay tres escenarios muy vulnerables a los desafueros de los violentos y los delincuentes: los hospitales públicos, las escuelas y los tribunales de justicia.

En cada uno de ellos, con frecuencia, se han registrado actos de agresión con armas blancas y de fuego y con objetos contundentes producto de lo que parecen ser descuidos o falta de rigor en los sistemas de control para detectar y desarmar a todo aquel que pretenda entrar con esos instrumentos.

El último ha ocurrido en el juzgado de paz de Esperanza, en Valverde, cuando un hombre se presentó con un puñal de 15 pulgadas a una audiencia sobre manutención de hijos y acuchilló a su expareja, la que se debate entre la vida y la muerte.

Es insólito que en medio de un juicio se produjera semejante reyerta, que no adquirió ribetes más dramáticos porque de esa agresión se salvó la fi scalizadora que dirigía la audiencia.

Aunque pudiera parecer aislado, episodios como este se han verifi cado en otros tribunales y otras audiencias, a pesar de que existen agentes asignados a la seguridad interna de esos recintos.

No obstante, la repetición de los casos obliga a una revisión de los protocolos de seguridad no solo en los tribunales, sino en las escuelas públicas y en los hospitales, donde estos sistemas de prevención fallan a menudo, ya sea por negligencia o distracción de los vigilantes o por el endeble rigor con que deben observarse las reglas que garanticen la integridad de los ciudadanos y el orden mismo de esos recintos.

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