Opinión

Reflexiones del Director

Los periódicos “personalizados”

Al unir las plataformas del diario impreso con el digital, ambos tienen que preservar sus particulares fortalezas, desarrollando una sana competencia en la medida en que se retroalimentan con sus contenidos.

Cada cual opera en espacios definidos, con reglas propias que, por demás, tienen un mismo fin: difundir noticias y reportajes, opiniones y debates, con objetividad y veracidad fehacientes, como lo exige el periodismo de calidad.

En cada una de las plataformas concurren audiencias que tienen muy claras sus preferencias, y el reto de una y otra plataforma es la de conservar y aumentar el número de lectores, clientes y usuarios.

En el caso de los impresos, el esfuerzo por modernizarse y reinventarse tiene sus reflejos directos en el digital, y viceversa.

En la medida en que la publicidad se balancea entre ambos, a menudo favoreciendo lo digital, las empresas de medios afinan sus estrategias de mercadeo para sacar el mayor provecho a la monetización.

Los impresos han recurrido a novedosas formas de suscripción pagada y a ofrecer opciones, como los boletines de noticias personalizados por correo electrónico para los suscriptores del papel, en algunos casos con los temas que son de su preferencia y que pueden detectarse a través de medidores de audiencias que les brinda su plataforma digital o los “robots” que almacenan este tipo de información.

Un informe de Hora de Cierre, la revista informativa de la Sociedad Interamericana de Prensa, indica que el público en Estados Unidos y Europa ya está pagando por el contenido de calidad en temas de interés particular en los diarios impresos.

Y que medios como New York Magazine y Bloombeeg Businesswek reciben por suscripciones pagadas cerca del 60 por ciento de sus ingresos.

Los diarios o revistas ofrecen distintos modelos de suscripciones pagadas, con atractivos incentivos.

The New York Times, por ejemplo, ofrece una suscripción digital para música streaming y ha atraído a más de 100 millones de personas a su aplicación de podcast The Daily, lo que revela el énfasis que estas grandes marcas ponen a sus estrategias de negocios para compensar caídas en su circulación o en sus ingresos.

Ahora se está pensando en ediciones de periódicos personalizadas. Es decir, en producir publicaciones impresas para públicos específicos, como los de la generación millenial.

Un ejemplo de éxito es el del tabloide Metro, del Reino Unido, que comenzó a publicarse en el 2003 con un tiraje diario de casi 700,000 ejemplares y ya va por más de un millón y medio porque ofrece contenidos dirigidos a jóvenes cuando van hacia sus centros de trabajo, lo que ha disparado sus ganancias.

Y lo mismo pasa con L’Observateur, de Francia, que se promueve como el primer periódico personalizado del mundo, ofreciendo ediciones en ciudades con los temas que agradan a los anunciantes y lectores. Y también está logrando éxitos impensables.