Más buenos que malos
Cinco historias de hombres que sudaron las camisetas, derrotaron el pesimismo y escaparon de la más profunda pobreza para compartir sus éxitos con otros, ejemplifi can los innumerables casos de solidaridad y laboriosidad que ayudan a cambiar el rostro de nuestros barrios, tenidos por lugares peligrosos o invivibles.
Esas historias, contadas día a día por LISTÍN DIARIO durante esta semana, ponen en evidencia como una red de solidaridad entre vecinos que coexisten en ambientes de estrecheces y carencias contribuye a crear estereotipos de negocios callejeros o domésticos, con gran éxito.
Un obrero humilde comenzó a producir manualmente suapes de limpieza y, al cabo del tiempo, más de cien personas de su mismo vecindario han encontrado trabajo en su empresa o han iniciado sus propios proyectos, para satisfacer la demanda del mercado por estos accesorios.
Como ese, hay incontables ejemplos.
En las calles principales de algunos barrios de la capital se alinean tiendecitas o escaparates para vender muebles, colchones, objetos de hojalata, ropas confeccionadas por costureras, en fi n, una diversidad de ofertas que llenan las expectativas de los consumidores de bajos ingresos.
Estos negocios pertenecen a los propios vecinos, algunos de los cuales se han ayudado entre sí para compartir las oportunidades.
Banca Solidaria ha salido a los barrios a descubrir las necesidades de esos micro-empresarios y los ha ayudado con préstamos para crear nuevos negocios o robustecer los existentes. La experiencia ha sido que los vecinos son buena paga y, por eso, reenganchan con nuevos préstamos, asegurándose la sostenibilidad de sus negocios.
Es larga ya la cadena de micro-empresarios que han encontrado de qué vivir, en mejores condiciones que antes, en sus propios barrios, con negocios que lucen que prosperan.
Esta comunidad de gente laboriosa es la que enaltece la imagen de nuestros barrios, a menudo empañada por las noticias que solo hablan de las andanzas de los delincuentes, que son los menos, y las reyertas que se originan cuando los policías o los agentes antidrogas persiguen a los pillos o hacen redadas.
Ese buen rostro es el que ha querido mostrar el LISTÍN DIARIO a la sociedad, para que se vea que no todo está perdido en nuestro país.