Opinión

Hora de actuar ante los “implantes carabelitas”

Dos instituciones clave en el sistema de la salud pública han advertido sobre el nocivo efecto que tienen las prótesis de mala calidad que se implantan en cirugías ortopédicas, traumatológicas y de otros órganos del cuerpo humano, prótesis que al parecer han inundado el mercado sin control.

Tanto el Consejo Nacional de la Seguridad Social como la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales han expresado su preocupación por este fenómeno, responsablemente denunciado por médicos especialistas y la propia Sociedad de Dominicana de Ortopedia y Traumatología en sendos reportajes del LISTÍN DIARIO.

Las dos entidades públicas son partidarias de que se ejerza desde ya un mayor control en la aprobación de los permisos de venta de los implantes, de sus estándares de calidad y de sus procedimientos, así como en las prácticas comerciales que se aprovechan de los precios supuestamente baratos de esas piezas para promover su adquisición y en las exigencias de las aseguradoras de salud, que al parecer las prefieren por esa razón.

Ya se ha hecho mucho daño con permitir que estos insumos de pobre o cuestionable calidad hayan sido implantados a pacientes que confiaron en su utilidad, pero más que nada en los médicos cirujanos que los atendían, ignorando los potenciales riesgos para su salud que a la postre enfrentarían.

Es obvio que una situación como esta necesita ser remediada ya.

Urge, por tanto, que las autoridades dispongan la prohibición de los implantes que han entrado al país procedentes de firmas de dudosa reputación o desconocidas en el mercado internacional, hasta que su calidad sea verificada y se puedan admitir los procedimientos de implantación.

Esa medida es de tipo cautelar. Hasta que un proceso de depuración rigurosa determine si son aptas o no para ser aplicadas en los procesos quirúrgicos en casos de ortopedia y traumatología y también en senos, piezas dentales, oculares y de otra naturaleza.

Concomitantemente con esta precaución, tienen que establecerse y formalizarse los requisitos que deben llenar los implantes importados para que no siga ocurriendo lo que ha pasado ya en el país, un puro engaño a pacientes que creyeron que ciertamente estaban bien atendidos en sus necesidades de salud.

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