El buen gobernador

Héctor Valdez Albizu no sólo ha sido el mejor goberrnador del Banco Central en dos décadas, sino el mejor gobernador de la economía nacional en todo ese tiempo.

Su ratificación en el puesto, mediante decreto emitido por el presidente Danilo Medina, constituye un reconocimiento a estas dos cualidades, a más que un acierto.

A Valdez se le atribuye un diestro y prudente manejo de los asuntos macroeconómicos y los hechos hablan por sí mismos: la estabilidad macroeconómica ha sido una constante saludable que le ha permitido al país proyectarse como un destino confiable para las inversiones extranjeras.

Los indicadores del crecimiento de la economía, uno de los más altos y constantes en América Latina, no obstante algunos vaivenes peligrosos por los que ha pasado la economía mundial y continental en los últimos años, avalan los resultados de las políticas bajo su guía.

Entró muy joven al Banco Central, como analista de su departamento de estudios económicos, y fue escalando las posiciones más importantes hasta llegar a la gobernación, desde la cual ha manejado la política macroeconómica del país con varios presidentes que han respetado sus decisiones y consejos.

Ha hecho valer la autonomía del Banco Central, muy importante factor para que los cursos económicos de la nación no estén sesgados o influenciados por coyunturales intereses políticos.

Valdez Albizu se ha ganado, por igual, la confianza y el respeto de todos los sectores o “actores” de la economía, como se les dice, pero más que nada el aval de los organismos internacionales que inciden en la economía de las naciones y cuyas políticas o recomendaciones, en la mayoría de los casos, se aplican convenientemente en el nuestro.

El presidente Medina ha actuado con justicia y con acierto al preservar en su gobierno a este buen gobernador del Banco Central y de la economía nacional.