Por una cultura de la higiene

En estos tiempos en que se desatan y se expanden las epidemias no deben faltar las campañas ciudadanas para explicar y convencer a la ciudadanía de lo importante que son las medidas de higiene, tanto en el orden personal como en el comunitario. Es penoso ver cómo, en momentos en que se declaran brotes de gripe, alguna gente estornuda o tose frente a otras sin taparse la boca ni la nariz, muchas veces en ambientes cerrados donde las esporas de esos virus rápidamente se esparcen y contagian a otras. Lo mismo en los casos en que es obligatorio extremar la limpieza de manos para no adquirir ciertos virus que están presentes y latentes en el ambiente, en los objetos que tocamos o en los alimentos que manipulamos. El recordado director de este diario, don Rafael Herrera, solía aconsejar en sus editoriales el lavado continuo de las manos como el mejor protector de la salud humana, y lo decía con toda razón pues en las manos se acumulan todas las bacterias que se mueven en la atmósfera o las que se adquieren a través de saludos, del toque de objetos o de la suciedad que se aloja en las uñas. Para promover una cultura de higiene entre la ciudadanía, a todos los niveles, hace falta un programa educativo formal, bien concebido y difundido, y acompañarlo con sistemáticos mensajes para evitar derramar o acumular basuras en los patios, calles y otros lugares. No es posible defender el organismo humano solo con medidas personales de higiene, si los ambientes en que nos movemos, sean abiertos o cerrados, estén expuestos a las plagas, infecciones y otros indeseables efectos causados por los basureros. Y este programa de educación para la higiene debe envolver no solo a varios ministerios del Estado, sino a entidades sociales que tienen incidencia en diferentes sectores de la población, a fin de que los mensajes, los consejos y las exhortaciones para una mayor limpieza, personal y ambiental, lleguen a la mayoría y sirvan para proteger la salud y, por ende, a garantizarnos una mejor vida.

Tags relacionados