En calma, sin excesos
“En calma y sin excesos” es la clave de conducta que el presidente Danilo Medina le está pidiendo al pueblo que demuestre en estas Navidades. Nos ha llamado a la prudencia y a reflexionar acerca de nuestras responsabilidades con la familia y con la Patria. Es un sano y oportuno consejo para aquellos que asumen el asueto navideño como una razón más para las parrandas, los excesos en la ingestión de alcohol o alimentos y las imprudencias al manejar vehículos de motor o accionar armas de fuego y fuegos artificiales. Y es que, penosamente, esta suma de comportamientos inadecuados es lo que da lugar a muchas tragedias, accidentes de tránsito, intoxicaciones y muertes en riñas, que dejan un sabor luctuoso a una temporada que es propicia más que nada para la reunión cordial entre familias, para el reencuentro cariñoso de los amigos y para la solidaridad con los que menos pueden. La Navidad es el tiempo de recordar el acontecimiento más relevante de la humanidad: el nacimiento de Cristo, el Dios encarnado en un humano que se hace presente para recoger y lavar nuestros pecados y ofrecernos un reino de vida permanente, más allá de la temporal en la que estamos. Sencillo, claro pero profundo en sus aspiraciones, es el mensaje que acaba de difundir el presidente Medina, para que toda la sociedad dominicana pueda participar en este feriado “en calma y sin excesos, porque la vida sigue después de la Navidad”.