protesta

Activistas del clima obligan a cancelar decenas de vuelos en el aeropuerto de Múnich

La organización ecologista Last Generation, que reivindicó la acción, es conocida por organizar manifestaciones espectaculares -como pegarse a carreteras frecuentadas o echar puré sobre un cuadro de Claude Monet- que dividen a la opinión pública y suscitan respuestas cada vez más duras de las autoridades.

Miembros de la organización ecologista Last Generation irrumpieron traspasando una valla, lo que provocó la cancelación de 61 despegues y aterrizajes.

Miembros de la organización ecologista Last Generation irrumpieron traspasando una valla, lo que provocó la cancelación de 61 despegues y aterrizajes.

Activistas del clima irrumpieron ayer el aeropuerto de Múnich, el segundo más importante de Alemania, y obligaron a cancelar de decenas de vuelos.

La acción terminó con la detención de ocho activistas, dijo la policía a la cadena pública local.

Las dos pistas del aeropuerto están abiertas nuevamente desde las 07H20 hora local (05H20 GMT), pero se espera que las anulaciones continúen en el primer día de un fin de semana largo, en el que habitualmente hay mucho tránsito en Alemania.

La organización ecologista Last Generation, que reivindicó la acción, es conocida por organizar manifestaciones espectaculares -como pegarse a carreteras frecuentadas o echar puré sobre un cuadro de Claude Monet- que dividen a la opinión pública y suscitan respuestas cada vez más duras de las autoridades.

Sus miembros irrumpieron traspasando una valla, lo que provocó la cancelación de 61 despegues y aterrizajes, indicó un portavoz del aeropuerto.

El ministro de Transportes alemán, Volker Wissing, subrayó que no se trata de una "manifestación legítima, sino de una intervención contra el tráfico aéreo".

Si este último "no es seguro, se pone en peligro a las personas. Hay un riesgo de graves daños económicos y miles de viajeros quedan bloqueados", indicó.

Por su parte Last Generation acusó en X al gobierno alemán de no hacer lo suficiente para desalentar el uso del avión y sus emisiones de gases perjudiciales para el clima.

"Es absurdo que la gente tenga más posibilidades de pagar vuelos que de viajar en tren", dijo el grupo.

"La responsabilidad recae en el gobierno que subvenciona los vuelos pero no apoya al sistema de transporte ferroviario", añadió.