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El Legado de Sonia Guzman

El pasado 27 de noviembre, la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAM) organizó su tradicional almuerzo de Acción de Gracias, en el cual la embajadora Sonia Guzmán ofreció una ponencia memorable que destacó los 20 años del DR-CAFTA como un hito transformador en la historia del país. Su intervención no solo recordó los detalles de las negociaciones de este acuerdo histórico, sino que también ofreció un profundo reconocimiento al esfuerzo colectivo que lo hizo posible.

En su discurso, Guzmán inició reconociendo la valentía y visión del entonces presidente Hipólito Mejía, quien se negó a que la República Dominicana se limitara a adherirse a un tratado preestablecido por Centroamérica y Estados Unidos. En cambio, insistió en una negociación independiente que tomara en cuenta las particularidades de nuestro país, logrando beneficios exclusivos que aún hoy son evidentes. Este gesto de justicia histórica hacia el expresidente Mejía, presente en el evento, arrancó uno de los aplausos más emotivos de la tarde.

La embajadora narró cómo, en un contexto global marcado por la inminente finalización de las preferencias comerciales de la Ley de Asociación Comercial de la Cuenca del Caribe, el DR-CAFTA representó una oportunidad estratégica. A pesar de llegar tarde al proceso, Guzmán lideró un equipo de jóvenes profesionales que, con dedicación y compromiso patriótico, enfrentaron los retos técnicos y diplomáticos que implicaba negociar con la principal potencia económica del mundo.

Entre los logros más destacados, Guzmán reveló detalles poco conocidos, como la inclusión en el tratado de un régimen de protección de tierras fronterizas que no existía en nuestra legislación, garantizando la soberanía nacional en una de las áreas más sensibles para el país. Este tipo de avances, producto de un análisis exhaustivo y una estrategia negociadora sólida, demuestra el alto nivel técnico alcanzado durante las negociaciones.

La embajadora también hizo énfasis en el impacto transformador del DR-CAFTA en la economía dominicana. Desde el fortalecimiento institucional hasta el fomento de un espíritu exportador, el tratado no solo abrió mercados, sino que también promovió la transparencia y consolidó instituciones clave como Procompetencia y Proconsumidor. Aunque las cifras del intercambio comercial reflejan las asimetrías naturales entre ambas economías, Guzmán puntualizó que, al excluir productos como petróleo y automóviles, el desempeño del aparato productivo nacional ha sido notable.

La resiliencia de la economía dominicana, particularmente evidenciada en la recuperación tras la pandemia de COVID-19, es también un reflejo del impacto positivo del DR-CAFTA. Guzmán no dejó pasar la oportunidad para reconocer la militante participación del sector privado durante las negociaciones, calificándola como un proceso “inédito y posiblemente irrepetible”.

La relación entre República Dominicana y Estados Unidos sigue siendo fundamental para el desarrollo del país, y el DR-CAFTA es un claro testimonio de cómo una alianza estratégica bien manejada puede transformar una nación. Guzmán concluyó su intervención con un llamado a proteger este legado y a seguir construyendo un futuro próspero y justo para todos los dominicanos.

La ponencia de Sonia Guzmán fue más que una celebración de dos décadas del DR-CAFTA. Fue un recordatorio de que el éxito de un país depende de la convergencia del liderazgo, el talento técnico y el patriotismo. En un contexto donde todavía se escuchan voces críticas hacia el tratado, su discurso dejó claro que este acuerdo no solo ha sido beneficioso, sino que representa un modelo de cómo las decisiones estratégicas pueden marcar el rumbo de una nación.