Jóvenes inventoras despuntan en un Túnez sumido en una grave crisis económica
Más del 44% de los ingenieros en Túnez son mujeres, según la Unesco, y existe "un ecosistema favorable" a las empresas emergentes, agrega, pese a la profunda crisis que atraviesa el país.
Cuatro ingenieras de Túnez, inventoras de una silla de ruedas que puede dirigirse con el cerebro o la voz, encarnan el potencial de la juventud en este país carcomido por una crisis socioeconómica.
Estas ingenieras se conocieron en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Túnez, donde desarrollaron el prototipo de su aplicación Moovobrain en 2017, antes de crear dos años después su empresa emergente Gewinner.
Este equipo figura entre los tres laureados --escogidos entre más de 550 candidatos-- del prestigioso premio europeo a los jóvenes inventores, de la Oficina Europea de Patentes (OEP), un organismo intergubernamental, que será entregado el 9 de julio en Malta.
El anuncio de la OEP poniendo de relieve los logros tecnológicos "made in Tunisia" choca con la actualidad difícil del país, hundido en una crisis socioeconómica.
La tensión política también azota al país, desde el golpe de Estado en el que el presidente Kais Saied se otorgó plenos poderes en julio de 2021.
Cada año, miles de tunecinos, sobre todo jóvenes, intentan cruzar el Mediterráneo en busca de una vida mejor en Europa.
Souleima Ben Temime, de 28 años, cofundadora del grupo, tuvo la idea inicial de Moovobrain pensando en su tío, con parálisis debido a un accidente y obligado a utilizar una silla de ruedas.
"Visibilidad y credibilidad"
"Acabó siendo totalmente dependiente. Las necesidades estaban justo ante mis ojos, hable de ello con mis amigas y decidimos utilizar la tecnología digital que dominábamos para hacer un producto que pudiera beneficiar a mucha gente", explica a la AFP.
Para las personas con movilidad reducida, cualquier acción, incluso "pedir ser girado hacia la televisión", cuando "no pueden hablar [...] puede ser agotador a nivel psicológico", insiste Khaoula Ben Ahmed, de 28 años, también cofundadora de la iniciativa.
Sirine y Ghofrane Ayari (sin vínculo familiar), de 28 y 27 años, completan el equipo.
"El valor añadido" de esta invención, subraya Khaoula Ben Ahmed, es "tener cuatro soluciones en una sola: el pilotaje con tableta, pero también sin mover las manos dirigiéndola con la voz, y si no se puede, a través de expresiones faciales como muecas, o simplemente con el pensamiento", mediante ondas cerebrales.
El hecho que el equipo haya llegado a la final de este reconocido premio "aporta visibilidad y credibilidad" ya que "no siempre es fácil convencer a los inversores o fabricantes de sillas de ruedas y nuestra solución es realmente innovadora y útil para las personas con movilidad reducida", estima Ben Ahmed.
"Es la primera vez que un equipo tunecino y árabe llega a la final" de esta competición creada en 2021, según la OEP, que entregará el mismo día el prestigioso Premio al Inventor Europeo.
Ser mujeres ha sido más bien "una ventaja" para este proyecto ya que se ha podido presentar en círculos específicos y de financiación para emprendedoras, recalca Ben Ahmed.
Más del 44% de los ingenieros en Túnez son mujeres, según la Unesco, y existe "un ecosistema favorable" a las empresas emergentes, agrega, pese a la profunda crisis que atraviesa el país.