mercado cerrado

Mercaderes de la frontera por Pedernales no lograron ventas este viernes

La frontera suroeste entre Haití y República Dominicana.

La frontera suroeste entre Haití y República Dominicana.

Los espacios alrededor del mercado urbano municipal quedaron abarrotados de mercancías y productos agrícolas de los vendedores dominicanos y haitianos que no lograron ocupar sus puestos en el mercado fronterizo de Pedernales como es costumbre, debido al cierre temporal del mercado fronterizo entre esta parte y Haití.

El negocio bilateral este viernes no pudo ser reanudado en su quinto día, debido a que las autoridades haitianas de la provincia Jacmel y Anse-á-pitre no cruzaron la frontera para reunirse con las autoridades civiles y oficiales del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre en aras de hacer entrega formal de la escopeta que fue despojada a un cabo de esa institución, al cual lo hirieron dos haitianos delincuentes en la mano izquierda.

 

Los comerciantes esperaban que el comercio bilateral fronterizo iba a ser reabierto por las autoridades, luego de su suspensión y cierre de puerta para detener el cruce hacia el negocio y viceversa a Pedernales y la comunidad haitiana de Anse-a-pitre.

                        

El sábado pasado dos delincuentes haitianos provocaron un incidente con el cabo del Cesfront al cual hirieron de un machetazo en su mano izquierda y lo despojaron de la escopeta que portaba, lo que ha mantenido a las autoridades militares en una constante vigilancia luego cerrar el portón que divide a ambos lados, para evitar el cruce de indocumentados y los chequeos de pasaporte, con visado en las oficinas de migración.

Desde el lunes pasado la preocupación se ha venido apoderando de los comerciantes que alegan que la falta del comercio libre que ha quedado paralizado le está generando pérdidas cuantiosas por la falta de salidas de sus productos manufacturados, algunos de los cuales están en proceso de dañarse.

Hasta este viernes pese al cierra de la puerta de acceso hacia ambos lados todo se ha mantenido de forma hermética entre pobladores y las autoridades militares y civiles, con la espera de que se entregue el arma y se subsane el impase generado.