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¿Cómo crear un buen "colchón" financiero?

Para “tener un ahorro bien asentado en nuestros hábitos”, aconsejan ahorrar entre un 10 y un 20 por ciento de nuestros ingresos

Educar los niños en el ahorro es asegurarles un futuro.  Ahorrar no dependerá de cuanto, sino de que tan constante lo hagas.

Educar los niños en el ahorro es asegurarles un futuro. Ahorrar no dependerá de cuanto, sino de que tan constante lo hagas.

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AGENCIA EFERedacción internacional

“Llegar a fin de mes” en nuestra economía doméstica y además ahorrar algo de dinero se está convirtiendo en una meta difícil para muchas personas y familias, pero hay una táctica para alcanzar ese objetivo, planificando los gastos de forma eficiente.

Algunos aspectos de nuestras finanzas personales podrían compararse, metafóricamente hablando, con ciertas necesidades y características de nuestro descanso nocturno.

Por ejemplo, para “poder dormir tranquilos”, sin preocupaciones económicas, necesitamos disponer de un buen “colchón financiero”, es decir, una cantidad de dinero ahorrada con la cual podamos afrontar cualquier contratiempo que surja, sin necesidad de endeudarnos para resolver esa situación imprevista.

Los precios disparados en muchos ámbitos, los sueldos estancados, la inflación persistente y la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos están mermando la capacidad de gasto y ahorro de muchas personas, parejas y familias.

Eso las conduce a plantearse cómo podrían organizar su economía de una manera más inteligente para poder salir de esa situación de dificultad y limitación económicas.

El especialista en finanzas personales Pepe Maciá, licenciado en administración y dirección de empresas y máster en gestión administrativa, enfatiza la importancia de “tener un colchón financiero”, y recomienda plantearse el objetivo de tener ahorrada una suma de dinero equivalente a entre tres y seis partidas de gastos mensuales, para así “poder dormir tranquilos”.

El método de los sobres

Para lograr esto, propone utilizar el tradicional “método de los sobres”, consistente en “apartar mensualmente el dinero que se necesite para cada partida, como comida, transporte, ocio, gastos extra y ropa de ese mes”, guardándolo en sus respectivos sobres.

De esta manera, “al utilizar el método de los sobres y después pagar en efectivo, nos volveremos más conscientes de los gastos que generamos y nos resultará más fácil controlarlos”, según este experto 

Para Maciá, “es básico organizar las finanzas personales con base en un presupuesto, no solo para ahorrar en vez de endeudarse de cara a las vacaciones, apartando una parte de nuestros ingresos mensuales a lo largo del año”, sino, además, para afrontar las “cuestas” (periodos estacionales de gastos extra) posteriores a las vacaciones veraniegas, fiestas navideñas y Semana Santa.

Este especialista señala que, al generar el hábito de ahorrar para construir nuestro “colchón financiero”, podremos guardar dinero no solo como previsión para las necesidades futuras, sino, además, para cumplir objetivos a largo plazo.

Para adquirir la costumbre de ahorrar, Maciá recomienda “sacar a principios de mes desde el cajero automático de nuestra entidad bancaria y en función de nuestro presupuesto la cantidad de dinero que necesitamos para llenar los sobres correspondientes a partidas como el supermercado o el ocio”.

Bajo su punto de vista, esta opción tradicional “es la correcta, ya que ver el sobre físicamente y comprobar cómo va disminuyendo el dinero físico que contiene producen un efecto psicológico que hace que regulemos nuestro gasto para poder cumplir con el objetivo de nuestro presupuesto”, según explica a EFE.

Para quienes prefieran un sistema más moderno, está la opción, “que supone algún coste”, de darse de alta en una serie de tarjetas monedero vinculadas a una ‘app’, mediante la cual se puede hacer transferencias a dichas tarjetas desde una cuenta bancaria asociada y también controlarlas, según explica.

Secretos para ahorrar

Para “tener un ahorro bien asentado en nuestros hábitos”, Maciá aconseja ahorrar entre un 10 y un 20 por ciento de nuestros ingresos.

Uno de los conceptos a los que se destinará está reserva de dinero es el “ahorro con objetivos concretos”, como pagar la universidad de nuestros hijos, hacer un viaje, cambiar de vehículo, contratar obras o reformas en la casa, o comprar un teléfono móvil o una nueva televisión, según este experto.

Son objetivos que quizá todavía no podamos situar en el calendario con exactitud, pero que sabemos que vamos a concretar o tenemos el deseo de realizar en el futuro”, añade.

El segundo concepto al que destinaremos el dinero ahorrado es “la partida de imprevistos”, consistente en el anteriormente mencionado “colchón financiero” de ahorro básico, que debería incluir el dinero equivalente a entre tres y seis veces el volumen de nuestros gastos mensuales, y que deberíamos tener en nuestra cuenta corriente, según Maciá.

Las vacaciones y la ‘cuesta’ posterior a estas, así como las navidades, son conceptos en los que gastamos cada año y que por lo tanto deben incluirse en nuestro presupuesto sin considerarlos gastos imprevistos o extraordinarios”, puntualiza.

Para diseñar nuestro presupuesto anual, este asesor recomienda analizar los últimos 12 meses, para conocer cuánto gastamos y en qué gastamos, y asegura que este análisis también nos ayudará a detectar posibles “fallos” en los gastos, con lo que seguramente mejoraremos nuestras finanzas personales.

Maciá aconseja que cada mes y como primera medida después de recibir nuestra nómina o retribución, apartemos el dinero destinado al ahorro, un concepto que podría compararse a “pagarnos a nosotros mismos”.

“Es importante apartar ese ahorro y que no esté en la cuenta corriente que utilizamos para los gastos, ya que si ese dinero ‘desaparece’ de nuestra vista, nos resultará más fácil ajustarnos para llegar a final de mes sin gastos excesivos”, recalca.

Otro hábito que debemos cultivar para mantener una correcta salud financiera es “marcarnos objetivos claros para el ahorro y no tocarlo hasta cumplir esos objetivos, evitando utilizarlo para pagar una cena en un restaurante o gastos similares”, concluye.

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