Denuncian deterioro en el mercado del sector Cristo Rey
Vendedores del mercado de Cristo Rey reclamaron ayer que la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, no le ha dado la atención requerida a la plaza comercial, por lo que iniciaron un paro de labores.
En la protesta realizada en la plaza ubicada en el mencionado sector, los comerciantes aprovecharon la presencia de los medios de comunicación para manifestar su descontento con Mejía, principalmente por las “malas condiciones” del lugar.
El presidente de la asociación de mercaderes, Julio Villamán, indicó que el establecimiento se encuentra deteriorado debido a la avería del aire acondicionado, los ascensores y las puertas eléctricas.
“Tenemos filtraciones en el techo, tenemos alrededor de año y medio con el aire acondicionado dañado, las puertas eléctricas están dañadas y este edificio está diseñado para ser climatizado”, añadió el presidente de los comerciantes.
Expresó que previo a la manifestación realizaron una rueda de prensa solicitando la ayuda de la funcionaria municipal, quien los citó en su oficina a una reunión el próximo miércoles, a las 11:00 de la mañana, pero ellos decidieron continuar con el paro en busca de “soluciones”.
Asimismo, indicó que si en la reunión del próximo miércoles no obtienen respuestas, continuarían con las protestas, además dijo que no es solo tener una reunión, quieren que la alcaldesa Mejía acuda a la plaza comercial y sea testigo de su estado.
“La intención es que la señora Carolina Mejía venga y se reúna con nosotros y se comprometa a cumplir lo que prometió resolver cuando hizo la juramentación en campaña y cuando fue electa”, expresó otro de los comerciantes.
“El mercado de Cristo Rey necesita atención de emergencia, aquí hay filtraciones por dondequiera. Tenemos vertederos improvisados que son focos de contaminación y muchísimos problemas como llosa sensores y el aire acondicionado”, precisó.
También otra de las comerciantes del mercado pronunció que el alcalde saliente había dejado el mercado en óptimas condiciones, por lo que piden que con el actual mandato las cosas se mantengan de la misma forma.
“Lo único que David Collado no hizo fue acabar con ese mercado informal y estoy seguro que si se hubiese quedado lo hubiese hecho”, expresó una representante del mercado.
Además, se quejaron de que la alcaldesa Mejía solo acudió al mercado en una ocasión durante campaña y no ha vuelto a asistir al lugar.
Limitado Otro de los comerciantes, identificado como Yunior, expresó que el mercado tiene capacidad para 400 puestos, pero solo hay 74 ocupados, debido a que los otros no están en condiciones de ser utilizados.
No obstante, el administrador de la plaza, Javier Terrero, refutó este alegato, indicando que los lugares si se encuentran en condiciones para ser habilitados, pero han sido los comerciantes que los han “abandonado”.
“Yo lo que quiero saber, cuáles son los puestos inhabilitados, porque cuando abrieron el mercado habilitaron puestos en la segunda planta y ellos abandonaron”, declaró. También expresó que se está trabajando de la mano con los mismos comerciantes para resolver y que siempre se les ha dado la mano.
Vendedores informales Entre otros reclamos, los comerciantes manifestaron que quieren soluciones en cuanto a los comercios informales colocados “en la puerta” del mercado, los cuales representan una “competencia desleal” porque no pagan impuestos, lo que les permite tener los precios más bajos.
Además, expresaron que estos mercados informales generan una gran cantidad de basura en los alrededores, lo que a su vez genera contaminación que termina afectando también a los comerciantes de la plaza.
Basura Además, los vendedores del mercado de Cristo Rey expresaron que estos mercados informales generan una gran cantidad de basura en los alrededores, lo que a su vez genera contaminación que termina afectando también a los comerciantes de la plaza.
Perfil Cristo Rey, antes llamado Arroyo Salado, es uno de los barrios con más clubes deportivos, escuelas e iglesias, y unas 60 organizaciones comunitarias.
Inicios El barrio era una finca perteneciente a la familia del dictador Rafael Trujillo, y luego de su ajusticiamiento, comenzó a ser ocupada por personas de otras partes del país.