Fallece propietario de la fábrica de Mabí Seibano

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Florentino DuránEl Seibo, RD.

Don Ovidio Otto Morales falleció en la madrugada de ayer a los 90 años en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas en Santo Domingo, a donde llegó con un cuadro de gravedad, por enfermedades cardíacas que venía padeciendo hace algún tiempo.

Tío Ovidio, como se le solía llamar, era el último de los descendiente de esa generación de la familia Otto, propietarios de la Fabrica de Mabí Seibana. Era hijo de Ovidio Otto Duvergé y Clorinda Morales descendiente de don Tomás Otto Duvergé, propulsor del Desarrollo de la provincia.

El atento y consagrado seibano, venía padeciendo desde hace tiempo, problemas de salud, incluyendo; diabetes, dificultades renales y cardíacos, de esta última dolencia le habían colocado cuatro stemp y había sido atendido de emergencia en varias ocasiones.

Su funeral está propuesto para hoy viernes 9 cerca del mediodía. Es velado en la Funeraria Municipal de esta comunidad de El Seibo. Le sobreviven sus hijos, Ovidio Antonio, Tomás Enrique, Felix Antonio (Toño) y José Antonio (Joselo); del matrimonio con su abnegada esposa y compañera de siempre, doña Mery Hidalgo.

Trayectoria Don Ovidio Otto, emblema e icono de El Seibo y uno de los co-propietario de la fabrica de Mabí Seibano, de la sucesión Don Tomás Otto Duvergé, acaba de hacer su paso por lo que de inmediato se han dejado sentir, manifestaciones de solidaridad hacia sus familiares y pedido para que Dios, lo acoja y guíe.

El pasado año, sufrió un revés en su salud por lo que fue llevado al hospital central de las Fuerzas Armadas y posteriormente al Centro Cardiovascular Santo Domingo, en la Clínica Bellas Artes. donde fue referido.

Según se informó, ya se había practicado varios cateterismo y otros procedimientos, para atenderle problemas coronarios, que incluyeron un pre-infarto por lo que se le realizaron varios procedimientos preventivos, para evitarle desenlace en el futuro.

Cualidades Siempre atento, colaborador, familiar y desprendido, mostró la mejor cara de un ser humano, propios de su nobleza, proverbial humildad y gestos de cariño. Solía besar a sus hijos y quienes sentía su familia, como muestra de afecto. Gustaba compartir con amigos y contertulios, a quienes acogía en su residencia.