Trazando una nueva ruta

COVID-19 demostró que las personas y organizaciones son capaces de un crecimiento tremendo bajo la presión.

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Jhonathan de los SantosSanto Domingo, RD

En 2020, el COVID-19 obligó a las organizaciones de todo el mundo a promulgar formas radicalmente nuevas de trabajar y operar en medio de los impactos humanos y económicos de la pandemia. Las organizaciones tuvieron que responder a una crisis repentina e imprevista cuya naturaleza, rápidamente cambiante, confundió los esfuerzos para predecir y planificar las acciones de respuesta frente a los acontecimientos producto de crisis. La pandemia de COVID-19 está escenificando una disrupción en el mundo como nunca antes, por lo que, las estrategias comerciales y organizacionales deben flexionarse como nunca antes para responder, recuperarse y prosperar en el entorno actual.

Conforme se levantan las restricciones, la pregunta que está en la mente de todos es si el trabajo a distancia o teletrabajo que hoy en día muchos están experimentando por primera vez se convertirá en la "nueva normalidad" en el futuro del trabajo. La respuesta es que la transformación digital llegó y no tiene vuelta atrás.

La pandemia ha generado un nuevo escenario en el que cobra mucha mayor importancia de implementación de modelos y estructuras organizacionales ágiles que permitan equipos de trabajos flexibles y auto gestionados para la superación de los retos de este tiempo, dando paso a iniciativas que anteriormente se visualizaban como mitos y proyectos pilotos difíciles de implementar.

La idea de que ha llegado el fin de la oficina física es ciertamente exagerada; sin embargo, las organizaciones que decidan tomar la decisión de esperar a volver a la normalidad en lugar de reinventarse y adaptar su cultura organizacional de acuerdo a los nuevos cambios de esta nueva normalidad, estarán invirtiendo en quedarse atrás y no alcanzar jamás a las que sí están avanzado.

Los pormenores de la vuelta a la nueva normalidad aún siguen definiéndose sobre la marcha, y serán diferentes para cada industria y organización. Sin embargo, se espera que las organizaciones sean diferentes luego de vivir esta crisis sanitaria. Particularmente, en materia laboral surgirán nuevas medidas para gestionar la salud y bienestar de los empleados en el lugar de trabajo, así como estrategias para impulsar la productividad, independientemente si trabajan desde las instalaciones de la empresa o de manera remota.

COVID-19 demostró que las personas y organizaciones son capaces de un crecimiento tremendo bajo la presión. El desafío para muchos será mantener ese impulso para descubrir nuevas formas de prosperar a largo plazo, incluso cuando la interrupción restablezca constantemente el camino hacia adelante.

El autor es consultor senior de Capital Humano de Deloitte República Dominicana.