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El lado humano de la construcción en medio de una pandemia

El coronavirus no detiene su labor en esta actividad económica

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Jhenery RamírezSanto Domingo, RD

Eran las 9:45 de la mañana y los obreros de una mega obra de torres residenciales en la zona céntrica del Distrito Nacional aprovechaban que en medio de una pandemia pueden seguir llevando a casa su sustento diario gracias al sector construcción.

En total había cerca de 20 obreros; cuatro de ellos arrastraban una carretilla de un lado a otro, otros cargaban los materiales como varillas y cementos, unos pocos realizaban el empañetado de las paredes, y entre todos había un trabajo en equipo que era fácil notar.

Cerca de cinco obreros pintaban las torres de 14 pisos donde residirán 168 familias.

En uno de los apartamentos de las seis torres que están en construcción y que serán entregadas en el primer trimestre del próximo año se notaba a lo lejos una bicicleta. Su dueño es un constructor que vive en Guaricano. Todos los días llega en ella a su lugar de trabajo y la guarda en la sala de ese primer piso que todavía está sin pintar y los rayos del sol reflejan la sombra de su método de transporte.

A él no le importa tomar sol en su área de trabajo y también para llegar al lugar. Solo piensa en la comida de su familia y en valorar lo que hace porque aún bajo las amenazas del COVID-19 y después de dos meses sin laborar, sigue recibiendo un “dinerito” para sobrevivir.

Otro de los obreros vive en La Isabelita, no quiso ser identificado, pero muestra su felicidad de poder volver a su fuente de ingresos y aquí sonríe cuando habla de sus dos pequeñas, las cuales estaban yendo a la escuela.

Él compra comida todos los días cerca del lugar de la construcción, un hecho que agradece porque el COVID-19 le ha quitado los métodos para conseguir los alimentos a mucha gente. Su método de transporte es un motor que compró “hace un tiempito”.

Algunos obreros visten con un t-shirt de mangas cortas, pero algunos prefieren sentir el calor en su piel y protegerse la piel. Estos último visten con un abrigo, un polo por encima, un paño en la cabeza y una gorra.

Una pieza que ahora no falta en los obreros son las mascarillas. De diferentes colores, formas y telas, todos la llevan puesta. A algunos le cubre la boca y la nariz, mientras que a otros solo la boca y su nariz queda descubierta, pero en algo coinciden y es que esta es la nueva forma de seguir trabajando en salud.

Su miedo a contaminarse es bajo, ya que el área de construcción es de algunos 9,000 metros cuadrados, por lo tanto, no hay aglomeración entre ellos. Además de que, otro punto que citan a su favor, su labor diaria se desarrolla al aire libre.

En los ventanales de una de las torres se observaba un pantalón y polocher doblado, encima de esta ropa había unos zapatos negros, como una señal de que algunos obreros llevan ropa para cambiarse a la hora de irse a casa.

Construcción, líder de la economía

En el 2019, la economía dominicana creció 5.1%, siendo líder en la región de América Latina. En el país, la actividad económica que tuvo mayor crecimiento relativo en términos de valor agregado real fue la construcción con un 10.5%, por encima de los servicios financieros, la energía, el comercio y otros.

A inicio de la pandemia, en marzo de 2020, el sector tuvo que dejar de operar para salvaguardar la salud de los trabajadores. Por cerca de dos meses estuvo paralizado. Cuando inició la reapertura, el 20 de mayo, la construcción inició a operar diariamente a partir de las 7:00 de la mañana y ha sido uno de los sectores que se mantiene operando sin contratiempos pese a que se reestableció el Estado de Emergencia por el aumento de los casos de coronavirus.

El presidente electo, Luis Abinader, dijo la semana pasada que en su plan de reactivación económica la construcción será el sector líder debido a su proyecto de cimentación de viviendas.