RD, el país de los dispositivos médicos

Manos dominicanas están jugando un rol estelar en la manufactura de productos esenciales para la protección de las personas ante la pandemia del Covid-19.

Manos dominicanas están jugando un rol estelar en la manufactura de productos esenciales para la protección de las personas ante la pandemia del Covid-19, ya que la media isla es el tercer proveedor latinoamericano de dispositivos médicos y farmacéuticos, con exportaciones que suman US$1,650 en 2019, detrás de México y Costa Rica, que colocaron US$14,300 y US$6,230, respectivamente.

Pero el sector criollo no se conforma con eso, así que pretende afianzar su posición mediante un plan estratégico para elevar el monto de sus envíos al extranjero a US$2,500 en 2022 y superar los 35,000 empleos directos.

Foto: Clúster de Dispositivos Médicos de RD.

Y va por buen camino, dado que ha registrado un crecimiento anual de 7% en las exportaciones de estos productos, de las que más de 80% van dirigidas a Estados Unidos y el resto a Asia y Europa. De hecho, en ese renglón la media isla pasó de exportar US$963 en 2009, a un total de US$1,650 en 2019, un monto que representó la cuarta parte del valor total registrado por el sector de zonas francas el año pasado, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE).

“No estamos todavía al nivel de esos países [México y Costa Rica] en algunas tecnologías, pero estamos moviéndonos hacia allá”, reconoce Omar Jiménez, coordinador del Clúster de Dispositivos Médicos de la República Dominicana.

El plan está enfocado en trabajar cuatro pilares: capacitar mano de obra, velar por la estabilidad del sistema jurídico nacional, mejorar la cadena de suministro y fortalecer el funcionamiento de las empresas que ya operan.

“Nos pusimos la meta para cumplir con esos cuatro puntos al 2022 y vamos avanzando muy bien en todos los ámbitos”, afirma el directivo.

Pero una desventaja significativa frente a los principales jugadores es que las empresas establecidas en el país importan alrededor del 90% de los insumos que requieren para la fabricación de los artefactos, lo que repercute negativamente en los costos de producción. También esa debilidad indica que los proveedores locales pierden la posibilidad de venderles estos productos, equivalentes a unos US$1,200 anuales, estima el Clúster.

Jiménez indica que la falla está en que quienes podrían ser suplidores no cumplen con la exigencia de tener una serie de certificaciones de calidad que expiden entidades como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y los organismos similares en Asia y Europa, principalmente.

Por eso trabajan en coordinación con la Asociación de Industrias de la República Dominicana para lograr que al menos dos proveedores al año puedan cumplir con todos los requisitos.

En este tenor, un paso adelante en el fortalecimiento de la cadena de suministro fue el inicio de las operaciones de la empresa Cosmed Group, la primera en el país que se dedica a la esterilización de dispositivos médicos, instalada en el Parque Las Américas, con una inversión que ronda los US$20.

Resolver ese proceso de manera local representa una importante reducción en los costos de producción y el abatimiento de los tiempos de entrega.

Jiménez resalta que para formar la mano de obra adecuada han concertado acuerdos con las principales universidades del país para que impartan especialidades relacionadas con las demandas de esas empresas. Por ejemplo, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) trabaja este año en el diseño de una especialidad en Dispositivos Médicos y una maestría en Manufactura Competitiva.

Un sector en evolución

Las primeras fábricas de dispositivos médicos se instalaron en el país a mediados de la década de 1980, con el fin de ensamblar y empacar productos, mientras que los procesos más complejos se resolvían en otros países, como Puerto Rico, principalmente. Hoy día, las operaciones han evolucionado al ensamble y empaque automatizados y semiautomatizados, operaciones de moldeo y extrusión e implementación de sofisticados controles de seguridad y calidad.

Actualmente hay 32 empresas que generan alrededor de 24,000 empleos directos, las cuales han invertido aproximadamente US$1,360, que de acuerdo con Federico Domínguez, presidente de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona), ese monto representa un 400% más que la inversión registrada para el sector en 2008. La mayor parte es de capital extranjero, proveniente sobre todo de Norteamérica.

De las 32 empresas, sólo dos son nacionales, 23 son de origen estadounidense y dos de Canadá. Mientras que las tres restantes, son empresas provenientes de Alemania, Francia y Suecia. La inversión de las empresas de manufactura de dispositivos médicos representa el 25% del total acumulado por el sector de zonas francas, que sobrepasa los US$5,200.

En el renglón de manufactura de equipos médicos el país pasó de exportar US$1,503 en 2018 a US$1,650 en 2019, por encima de las confecciones textiles, de las que se exportaron US$1,048 y de los productos eléctricos, que ascendieron a un monto de US$1,075, según datos oficiales.

Algunas de las principales empresas del mundo tienen operaciones en el país, entre las que están Fenwal International (catéteres y filtros de sangre), Johnson & Johnson (hilo dental), Braun Dominican Republic (bajantes de suero) y Oscor Caribe (componentes para equipos cardiovasculares).

Lo que más se elabora son productos desechables de alto volumen para centros de atención médica, salas de cirugía y consumidores directos (pacientes), indica el informe Desarrollo de Encadenamientos Productivos, preparado por el consultor Tulio Martí para el Clúster.

Entre esos productos están equipos para manejo y transfusión de sangre, para administración intravenosa, suturas quirúrgicas, batas y cobertores para cirugía, bolsas de ostomía, dispositivos para conexión de instrumentos de monitoreo, catéteres, hilo dental, y una variedad adicional de dispositivos médicos y productos de uso ortopédico.

Los principales productos exportados son aparatos de transfusión sanguínea, con un valor que ronda los US$313 de exportación al año y monitores de presión arterial con unos 281 mdd al año, explica el informe del Clúster. La mayor parte se destina a los mercados de Estados Unidos, Alemania y Japón.

Ese tipo de empresas fueron las únicas del conglomerado de zonas francas que continuaron sus labores durante la suspensión temporal de las actividades económicas que dispuso el gobierno para evitar la propagación del Covid-19 en el país entre marzo y abril, para fabricar alrededor de 20,000 mascarillas y 500 kilos de alcohol a diario, así como bajantes de sueros y sábanas quirúrgicas, expone Luisa Fernández, directora del CNZFE.

El atractivo del negocio

A principios de este año Fenwal International, una compañía del Grupo Fresenius Kabi, inauguró una planta en el Parque Industrial Itabo, en Haina, en la que invirtió US$35 y donde cuenta con procesos avanzados en innovación y tecnología como moldeo por inyección, moldeo por soplado, ensambles automáticos y robots integrados al proceso, para la fabricación de aplicaciones médicas relacionadas con la sangre. Con eso demostraba su confianza en el país, en el que tiene operaciones desde hace tres décadas.

Planta de Fenwal International en RD. Foto: Luis Ruiz Tito/Presidencia RD.

“La República Dominicana tiene una combinación muy interesante de excelente localización geográfica, sistema político estable, disponibilidad de mano de obra experimentada para la manufactura de dispositivos médicos y muy buenos canales logísticos con el mundo entero”, expresa Bernardo Álvarez, gerente general de la planta.

Mientras que, con apenas dos años en el país, la fabricante china de aparatos cardíacos MicroPort empieza la construcción de una nueva planta para manufacturar stents y catéteres, en la que tienen contemplado invertir US$5, que se sumarán a los US$17 que ya tienen invertidos.

Alrededor de 200 empleados pretenden contratar para elaborar en una primera etapa 40,000 stents al año, que son unos dispositivos (mallas) que permiten restaurar la circulación sanguínea en vasos y arterias que se han obstruido o cerrado.

Los inversionistas han valorado los procesos de manufactura, las facilidades de transportación de los productos por diferentes vías y la estratégica ubicación de la isla, que permite llegar con facilidad a Estados Unidos y Europa, sus principales mercados de exportación, dice José Luis Deschamps, director de la planta de MicroPort.

“Lo más importante es la estabilidad económica del país y que la ley que regula las zonas francas lleva 50 años sin modificación, pues ese equilibrio tiene mucho que ver porque en los dispositivos médicos hay inversiones que se toman mucho tiempo para desarrollarse y para luego esperar el retorno tiene que haber confianza en el país”, agrega el directivo de la empresa.

La compañía adquirió, en 2018, la división de dispositivos de gestión de ritmos cardíacos de la marca Livanova, con plantas en Italia, Francia y en el Parque Las Américas, de República Dominicana.

“Necesitamos que nuestros suplidores locales empiecen a enfocarse no en las implicaciones que representa el certificarse, sino con la mira en el potencial del volumen que van a tener y los márgenes de beneficios que este mercado ofrece para ellos en mediano y largo plazo”, opina Deschamps, de MicroPort.

Para la fabricación de los stents y catéteres utilizan muchos componentes de plástico y de metal que importan desde China, pero la intención de la empresa es encontrar suplidores dominicanos que sean confiables para adquirir esos materiales.

MicroPort, una corporación con más de 5,000 empleados y ventas anuales que rondan los 800 mdd a nivel global, está decidida a fijar en Quisqueya su principal enclave para expandir su crecimiento hacia los mercados estadounidense y chino, afirma el ejecutivo. La empresa, cuya sede está asentada en Shanghái, China, tiene oficinas de distribución en casi toda Latinoamérica.

Foto: Clúster de Dispositivos Médicos de la República Dominicana.

Participa en la fabricación de dispositivos para ortopedia, cardiovasculares, endovasculares, de fisioterapia, diabetes y manejo de ritmo cardíaco, entre otros, renglones en los que compite a nivel mundial con grandes corporaciones como Medtronic, Boston Scientific y Biotronik.

De esta manera es como República Dominicana está enfocada en mantener el acelerado ritmo de crecimiento que experimenta la industria de dispositivos médicos con el plan de trabajo que ejecuta el sector en conjunto, mientras crea las condiciones para que se sumen más empresas y las existentes consoliden a la vez su producción.