“Se necesitan clientes”, el innovador letrero de un peluquero en la Ciudad Colonial ante el coronavirus
Si algo ha sabido hacer el comerciante dominicano ante el nuevo coronavirus es explotar al máximo su creatividad para seguir sacando provecho a sus fuentes de ingresos. Las empresas tendrán un antes y un después por la pandemia porque ahora están aprendiendo a reinventarse.
El mejor ejemplo de esto es Anyelo Lowis, un peluquero de la Ciudad Colonial que colocó un letrero que ha recorrido diversas cuentas de Instagram. Con la frase “Se necesitan clientes”, la barbería de Anyelo y su hermano se ha hecho viral.
La gente se pregunta cómo se le habría ocurrido esta innovadora idea a Anyelo. Él lo cuenta a Listín Diario y sus lectores.
Antes de estar en confinamiento en su casa, el letrero estaba colocado fuera de la peluquería con el anuncio “Se necesitan trabajadores”. El miércoles 20 de mayo cuando inició la fase uno de la desescalada, Anyelo sacó a la calle El Conde su pizarra negra donde escribió con tizas de colores este mensaje.
Los hombres desempleados no desaprovecharon la oportunidad y empezaron a buscar trabajo en la barbería de Anyelo, pero había un problema: no había clientes para esos nuevos trabajadores que se contratarían.
En menos de una semana de la apertura gradual de la economía, Anyelo pensó que ya no se necesitarían empleados, sino clientes, ya que los dos primeros días de reabrir el negocio llegaron varios hombres porque “no aguantaban el cabello largo y descuidado después de estar dos meses en sus hogares”. Al tercer día, la cosa se empezó a poner lenta y hasta este viernes sigue así.
En este momento, Anyelo cambió del letrero la palabra “trabajadores” por “clientes” para reflejar la realidad de lo que necesitaba en su negocio a causa de la pandemia del coronavirus, aunque no pierde la esperanza de que las personas empezarán a llegar otra vez poco a poco cuando aprendan a vivir en la “covidianidad” y aprendan a protegerse mejor para evitar ser contagiados.
Con su idea, cuando lleguen los clientes, espera también contratar a personas que se quedaron sin empleo por el deterioro económico de muchos comercios por el confinamiento.
En su rostro se dibuja una sonrisa cuando se refiere una y otra vez al letrero que ha causado sensación. “Desde el primer día que lo puse, la gente venía a tomarle fotos y pasaban por aquí y eso era fotos y fotos. Es que llama mucho la atención”, expone con orgullo.
Pero más allá de un mensaje, hizo otras cosas para atraer personas. Anyelo hacía cortes por RD$300 y ahora estos valen RD$200.
El barbero cuando habla muestra una seguridad y una madurez para la edad que tiene, apenas 21 años. Habla con seguridad y sabe dónde quiere ver sus tres peluquerías en el futuro. Por eso, se preocupa por el bienestar físico y económico de sus clientes.
Anyelo comenta: “Mientras yo los recorto ellos me dicen que no tienen dinero y que su cuenta bancaria está en cero, pero con lo poco que consiguen se pelan haciendo un sacrificio”.
Las medidas
Una de ellas es rociar alcohol a las herramientas del negocio por cada cliente y al rostro y manos de los consumidores. Además, Anyelo, se está adaptando gradualmente a esta forma de sobrevivencia, usa guantes desechables nuevos por cada persona que atiende.
Para él, es importante mantener la distancia física en su negocio que en la actualidad abre a las 9:00 de la mañana y cierra a las 5:30 de la tarde por motivo del toque de queda.
Él agradece a Dios porque toda su familia está en salud aunque expresa el miedo que le invade: “no quiero que por algún descuido alguien se contagie en mi peluquería. Hay que ser cuidadosos, por eso espero que se encuentre una cura rápida. La gente está tratando de vivir con esto”.
Su historia
Empezó como barbero a los 13 años. Sus hermanos le enseñaron cómo ejercer este oficio. Anyelo dice que creció sin tener una infancia porque estaba a tiempo completo en los negocios de peluquería de sus hermanos.
Actualmente, tiene tres barberías en sociedad con un hermano ubicadas en la Ciudad Colonial.