Respiradores para el contagio empresarial
Con la prioridad que exige la convulsa situación, se han activado en muchos países, disposiciones y acciones que permiten a las organizaciones lograr algún grado de estabilidad y solvencia en medio de su difícil condición operativa.
Algunas de estas medidas son exógenas y han permitido el control de algunos signos vitales, otorgado tiempo para que se activen las acciones internas, adaptativas y creativas, que serán las que realmente permitan a las compañías luchar por la inmunidad y tener la fuerza necesaria para luchar contra la crisis y prosperar.
Revisemos las principales acciones de estos dos tipos de medidas:
Figuras creadas, respiradores artificiales, las medidas externas:
Las figuras de flexibilidad de jornadas y acuerdos laborales, suspensión de contratos, tratamiento de impuestos y créditos, acuerdos de flexibilización se servicios públicos, son fundamentales; brindarán oxígeno o serán inyecciones de antibiótico en el momento crítico, para que su compañía pueda seguir batallando activamente.
Active el sistema inmunológico, las medidas internas:
Si las medidas externas dan movilidad, es tiempo de activar las acciones de rediseño y cambio y pase a la fase de “recuperar y avanzar”
Active los creativos: Posiblemente las compañías conformaron en los primeros días el “equipo de respuesta y choque” y se cuenta con un claro mapa de gestión de crisis y continuidad, pero, se deben vincular acciones vitales de rediseño y cambio. Es, en momentos como este, que la perspicacia comercial y tecnológica, la audacia social, la innovación, el empuje y entereza se convierten en los mejores medicamentos para la recuperación. La conformación de la línea de defensa es clave, pero no se deben olvidar los creativos.
Esperar un entorno totalmente estable para ir trazando y activando la nueva realidad, puede, en muchos de los casos, conducir antes de lo esperado, al peor de los panoramas. Esa no es la vía correcta para tomar el control. Se debe re-imaginar y activar anticipadamente y construir un propósito común que permee la organización más fuerte que el virus.
Abrazar los datos y las pantallas de control: no solo para generar las banderas rojas en el momento crítico, sino, como insumo para ir construyendo sobre bases sólidas el nuevo presente y el futuro, ¿a dónde se mueve el mercado?, ¿qué nuevas tendencias de consumo tienen los clientes? ¿cómo se mueven las prioridades?
Refuerce capacidades: Es clave iniciar la identificación y formación paulatina de nuevas competencias y capacidades tanto organizacionales o en las personas. Las habilidades necesarias para incursionar con éxito en la nueva normalidad se deben moldear desde ahora.
En este período es clave dinamizar la fuerza laboral convertir de forma controlada la posible ansiedad o estrés en energía de cambio, no permitir que el virus adormezca o paralice al personal. Se deben activar espacios de pensamiento de diseño, experiencia cliente- colaborador, apoyarse en la economía conductual y todos los recursos aprendidos; es momento de capitalizar las inversiones realizadas en formación. Se deben investigar giros en estrategia cliente/ canal, productos y mercados. Reconozca y premie el avance, entregue logro en medio de las dificultades.
Promueva los encadenamientos: Considerar dentro de los planes las sinergias con clientes, proveedores y comunidad en general, si previo a la crisis la consigna se centraba en una empresa social como modelo evolucionado de negocio, es clave activar el sistema completo en busca de defensas, cómo se pueden establecer núcleos de defensa que anule los focos de contagio.
Ahora que no existe forma de mirar atrás, es momento de traducir la crisis en ventaja y construir a partir del verdadero significado de disrupción: nuevas formas de negocios, nuevas formas de diseño de organización adaptable y flexible, nuevas formas y esquemas de contratos y fuerza laboral incluidos los robots, la inteligencia artificial, nuevas oportunidades para los centros de servicios compartidos y movimientos de consolidación y crecimiento.