Productor
Por coronavirus su siembra ha ido a parar al “botadero”
“El campo ta’ jodón, el problema ahora mismo es que estamos perdiendo productos por falta de mercado, antes le vendíamos a los hoteles, a los cruceros y también al mercado interno, pero ahora es poca cosa lo que estoy mandando al mercado de la Duarte”, así resume Santiago Soriano de la Cruz su situación como productor de vegetales en ambientes controlados (invernadero).
Para este productor y comerciante, que tiene en Constanza y en Ocoa siembras de pepinos, tomates y pimientos, las preocupaciones son como estacas que se clavan en su sueño y que no le dejan descansar con sosiego. “Uno tiene compromisos principalmente con los bancos, algunos de nosotros hemos tenido que arrancar lo que teníamos sembrado porque no va a valer la pena, hemos tenido que botar o regalar los vegetales que teníamos”.
Afirma que hace unas semanas enviaba en promedio unas 40,000 libras de tomate, que en dinero representaba entre RD$100,00 y RD$150,000 en promedio, pero dice que eso no alcanza para cubrir el pago de los empleados, por eso decidió arrancar lo que tenía sembrado “porque no va a valer la pena”.
“Ahora mismo conseguí un amigo en el mercado de la Duarte y le estoy mandando una 10 o 12,000 libras de tomate semanal y lo otro lo estoy regalando al Banco de Alimento de la Iglesia”, señala Santiago, quien desde muy joven está ligado a la producción agrícola y al comercio.
“Usted sabe que como constancero que soy llevo eso en la sangre, pero empecé a negociar cuando estaba en el mercado, de burro, luego me hice chofer a la mala, después me mandaban a buscar productos al campo y ya tengo nueve a diez años con mi propio invernadero, gracias a Dios”, explica.Yo estaba facturando en promedio entre nueve y diez millones mensuales a suplidores de hoteles y ahora tuve que arrancar la mayor parte de lo que ya había sembrado para esperar a que las cosas mejoren”, refiere Santiago al describir su realidad.
Indica que el 80% de los que se producía en el país lo consumían los hoteles y los cruceros, porque las exportaciones no estaban muy dinámicas, "cuando se presentó esta situación nos vimos en la situación de buscar otros canales y algunos han tenido que botar o regalar la cosecha", enfatiza.
Destaca que no está recibiendo ayuda del Ministerio de Agricultura ni de ninguna institución del Gobierno, aunque afirma que hace un mes y algo recibió la visita de técnicos del Banco Agrícola y hasta fotos sacaron pero no regresaron.
Agrega que tuvo noticias de que están dando algunas facilidades en el Bagrícola y los bancos comerciales flexibilizando por tres meses el cobro de las cuotas de los préstamos.
Hay que aprender a convivir con esto Este productor y comerciante ya se ha resignado a la situación, no le queda de otra. No sin amargura, admite que hay que aprender a vivir con esto, refiriéndose a las nuevas condiciones de vida que ha impuesto la expansión del COVID-19 en el país y en el mundo. “Por ahora no hay salida, esto es lo que toca vivir”, enfatiza.
Para Santiago, el país va a durar buen tiempo para volver a la normalidad y que la dinámica del comercio vuelva a los volúmenes de antes de la epidemia.
CIFRAS 80% de lo que se produce iba al turismo El 80% de los que se producía en el país lo consumían los hoteles y los cruceros, porque las exportaciones no estaban muy dinámicas.