Preocupación
Miles de trabajadores podrían perder empleos por efecto del COVID-19
La caída en el flujo de turistas ante la amenaza del coronavirus afectará no solo a trabajadores de hoteles y restaurantes sino a una cadena de comercios y empresas que dependen de esta industria.
El experto en temas laborales y exvicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, afirmó que aunque es muy pronto para pronosticar “un menor flujo del turismo y, por tanto, hoteles cerrados o con baja ocupación, conducirá a una suspensión del trabajo de miles de trabajadores”.
Explicó que si se dispara el número de afectados por el virus, las autoridades tendrán que imponer restricciones y zonas de aislamiento, lo que incidirá en la inasistencia al trabajo de muchos asalariados.
Alburquerque señaló que la posible expansión de este virus en el país puede generar situaciones críticas en empresas y comercios que obliguen a la suspensión de contratos y por ende a pérdidas de los ingresos, aunque sea temporalmente, para un grupo de trabajadores y sus familias.
“Si hay suspensión no hay salario y la seguridad social pagaría un subsidio por enfermedad. El problema está en que al cerrarse la empresa los trabajadores sanos no tendrán salario ni tampoco seguridad social”, consideró el experto jurista especializado en asuntos laborales.
Dijo que si se presenta una situación así “o el Gobierno ayuda, y no creo que tenga presupuesto para eso, o el empresario asume la carga”.
La expansión mundial del coronavirus ha obligado a distintos países a tomar medidas drásticas como el cierre de escuelas, la cancelación de actividades multitudinarias, impedimentos de entrada de pasajeros de algunos países y el aislamiento de comunidades completas.
En Europa se ha planteado seriamente la alternativa de que las personas trabajen desde sus casas (teletrabajo) como una forma de reducir o contener el riesgo de contagio de este nuevo virus.
En República Dominicana, las organizaciones empresariales se han sumado a los esfuerzos que realizan las autoridades públicas para prevenir la expansión del CORVIT-19, como se ha denominado al coronavirus.