Transformación digital y desafío de la ciberseguridad

El crimen cibernético es una realidad. ISTOCK

El crimen cibernético es una realidad. ISTOCK

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Miguel Coronado HunterSanto Domingo, RD

La conectividad y la provisión de servicios a través del internet están generado un conjunto de soluciones accesibles a la población y se han convertido, sin lugar a duda, en una pieza fundamental de nuestro vivir, la calidad de vida (educación, salud e inclusión) y el desarrollo social y económico de nuestros países.

Los beneficios de la transformación digital no están exentos de riesgos vinculados a actividades delictivas, ataques o incidentes cibernéticos.

El crimen cibernético es una realidad que no conoce de fronteras y está presente, cada día, en la forma como conducimos nuestras actividades personales, profesionales, comerciales, o como nos relacionamos con el Estado mismo.

Hoy la vulnerabilidad por ataques cibernéticos está más latente que nunca y afecta sin contemplaciones a las personas, nuestras economías e infraestructura críticas, sin importar el nivel de desarrollo de nuestros países.

Para ilustrar un ejemplo, la firma Kaspersky reveló en la VII Cubre Latinoamericana de Analistas de Seguridad, que América Latina tuvo un aumento del 59% en ciberataques durante 2017. Esto significa que ocurren 33 ataques por segundo, que incluyen: cajeros ATM, dispositivos móviles y redes de sistemas financieros, empresas y organizaciones.

En la actualidad, el cibercrimen está costando aproximadamente US$600,000 millones al año, lo que equivale al 0.8 del PIB mundial; pero más allá de lo económico, sus consecuencias afectan de manera directa, la seguridad y protección de datos personales, con repercusiones de alto alcance.

Los riesgos

Los riesgos cibernéticos son cada vez más frecuentes, basta estar conscientes en días pasados de los episodios relacionados con el hackeo de la cuenta de Twitter del Infotep o el acceso a información confidencial y privilegiada de clientes de Capital One, en Estados Unidos. Inclusive la cuenta de Jack Dorsey, Fundador y CEO de Twitter, fue hackeada hace pocos días.

Estos episodios ponen de relieve los riesgos cibernéticos y nos hacen reaccionar para preservar la seguridad del ciberespacio por cuanto atentan contra los avances logrados en materia de innovación y economía digital y contra los individuos y las organizaciones.

¿Qué tan preparados están los países de la región?

Un reciente informe del BID revela que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe no se encuentran preparados para contrarrestar las amenazas del crimen cibernético. Según dicho informe, los países deben avanzar de manera decidida, con la intención de prevenir y mitigar los riesgos de la actividad delictiva o maliciosa en el ciberespacio.

Varios expertos concuerdan en que se necesita mayor inversión en el desarrollo de legislación y, sobre todo, capacitación en seguridad cibernética y, por supuesto por la naturaleza trasnacional del crimen o del ataque o incidente cibernético, el establecimiento de mecanismos eficientes de cooperación y de intercambio de información a nivel internacional. Bien lo indicaba Jorge Zeballos, gerente general de Eset Perú, “no hay transformación digital si no pensamos en seguridad”.

La conectividad

Según el Networked Readiness Index del 2015 del Foro Económico Mundial, un índice que mide la conectividad de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), 14 de 23 países de la región incluidos en el estudio se destacan por los avances logrados en materia legislativa en la lucha contra la delincuencia cibernética y protección de datos, el despliegue de infraestructura cibernética y la red móvil y el desarrollo de patentes TIC per cápita, entre otros.

Los grandes retos están en continuar el desarrollo del ciberespacio para avanzar a ritmos más acelerados en comparación con otras regiones y no quedarnos rezagados en lograr los beneficios económicos que brinda su explotación.

No obstante, hay que estar conscientes de la necesidad de consolidar los entornos políticos, legales e institucionales, las habilidades que ofrece y demanda el mercado laboral, y el desarrollo y la necesidad de generar y consolidar los sistemas de innovación de cada país. Por ello, es fundamental estar al tanto de los avances y desafíos con el ciberespacio y lograr materializar los beneficios de la cuarta revolución industrial.

Situación en el país

República Dominicana fue el primer país de la región que ratificó el Convenio de Budapest, en el año 2013, que funciona como una lista de verificación para el desarrollo de leyes internas relativas al delito cibernético y la evidencia electrónica, y establece las bases para la cooperación internacional.