EXPERTO DE LA FAO

Dice se requiere revolución agrícola que acabe el hambre

Julio Berdegué, representante regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Julio Berdegué, representante regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

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Sergio Cid SolanoBuenos Aires, Argentina

El representante regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Julio Berdegué, indicó ayer que la revolución agrícola que se necesita en la actualidad es una que erradique el hambre y que siente las bases de una alimentación que enriquezca las vidas de las personas, no una que enferme.

Durante su discurso en la apertura de la primera edición de la Semana de la Agricultura y la Alimentación que inició ayer en Buenos Aires, Argentina, Berdegué manifestó que la nueva revolución de la agricultura debe poder responder al hecho de que en la región de América Latina y el Caribe (ALC) se produce alimentos suficientes para asegurar el consumo básico de sus 646 millones de habitantes y a otros 169 millones personas en otras regiones del planeta.

“Sin embargo, 39 millones de nuestros conciudadanos sufren hambre, y la cifra viene aumentado desde hace tres años”, refirió.

Berdegué expresó que además se necesita una agricultura más eficiente y más competitiva, que contribuya al crecimiento económico que es indispensable para tener más bienestar y más oportunidades para toda la población.

Destacó que la nueva agricultura debe asentarse en una nueva relación con la naturaleza, ya que en ALC casi el 50% de las tierras agrícolas están afectadas en algún grado por la erosión del suelo superficial, y entre un 15% y un 25%, dependiendo de la subregión, tienen niveles severos de erosión.

Sostuvo que uno de los mayores desafíos que enfrenta la transformación de la agricultura es su efecto sobre el cambio climático.

Expuso que la agricultura emite el 42% de los gases de efecto invernadero que los latinoamericanos y caribeños aporta a la atmosfera cada año, lo que a su juicio es una crónica de una muerte anunciada.

“En los próximos años vamos a tener que producir 70% más alimentos para satisfacer la demanda de una población de 9,000 o 10,000 millones de habitantes, pero debemos hacerlo reduciendo en 70% la cantidad de gases de efecto invernadero”, dijo.

Planteó que otro gran desafío que enfrenta la agricultura en la región es la reducción radical de la huella de agua, debido a que hoy consume alrededor de 70% del agua fresca de la región y hay países latinoamericanos que son potencias agroexportadoras, en los que en el 23% de los municipios, el agua de consumo humano se reparte racionada en camiones municipales.