INTELIGENCIA EMPRESARIAL
El poder de no ejercer
El alto ejecutivo que es certero y efectivo sabe liderar más allá de administrar. No es un megalómano, obsesivo-compulsivo; sino más bien es comprensivo, firme, seguro y desprendido. Se conoce a sí mismo; sus capacidades y sus límites. De hecho, mientras más se conoce, más razona y prioriza en función del principio socrático de “saber que no se sabe.” Considerando que la influencia es la quintaesencia, así como la evidencia del liderazgo de su poder, el alto ejecutivo busca constantemente expandirla, llenarla y compartirla. Sabe que contenida en una sola vida la influencia entra fácilmente en decadencia, más estratégicamente compartida crece de manera sostenida. Interesantemente el líder establece y perpetúa su poder cuando no lo tiene que ejercer él necesariamente. Ciertamente, el poder verdadero e imperecedero se ejerce, muchas veces, indirectamente. Entendiendo esto el líder de líderes afecta el contexto en el cual sus actuales y potenciales seguidores piensan, juegan y se congregan. Así cuando los adeptos ejecutan su poder individual lo hacen en función de la misión y visión que el líder ha articulado, desempeñado y efectivamente diseminado. Esto crea, a su vez, un efecto multiplicador de inspiración y motivación que eventualmente se convierte en una cultura corporativa que brilla con luz propia. En cambio el alto ejecutivo que se enfoca desequilibradamente en controlar y administrar, erosiona su capacidad de liderar. Crea una estructura de dependencia donde él es el supremo sabelotodo y decídelo-todo. Con ese estilo abarca mucho, aprieta poco y a final de cuentas se le suelta todo. Es, entonces, el ejercicio del poder una dinámica cuasi paradójica en la experiencia empresarial, ya que el que lo descentraliza, centraliza y consolida su influencia. Sin embargo, el que lo retiene demasiado, compromete su legado y no disfruta lo mejor de la vida que toma lugar más allá del trabajo, en el hogar: con los humildes y con la familia. Pues bien lo dijo Salomón en el capítulo 16 del libro de Proverbios “Mejor es humillar el espíritu con los humildes que partir despojos con los soberbios.”