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CÁMARA AMERICANA DE COMERCIO

Peralta expone el compromiso del Gobierno con la estabilidad económica

ESTAMOS HACIENDO UN ESFUERZO SIN PRECEDENTES PARA HACER MÁS CON MENOS

Señoras y señores, Es un gran honor para mí estar presente en este encuentro de la Cámara Americana de Comercio. Les agradezco la oportunidad de ser parte de este almuerzo y compartirles un breve balance sobre lo que ha sido este primer año de gobierno. Ha sido un año muy intenso. Ustedes lo saben bien. El Presidente no descansa ni los domingos y muchos de sus funcionarios tampoco. Pero también ha sido un año de grandes realizaciones, de optimismo, de renovación. Y estoy satisfecho de poder comunicarles que son muchas las posibilidades que se están abriendo y se seguirán abriendo durante los próximos años a nuestro país. Quisiera comenzar, si me lo permiten, con unas breves pinceladas sobre los avances más trascendentales que hemos vivido este año. Sobre todo, quiero hablarles del papel que está teniendo el gobierno de Danilo Medina en la consolidación de las fortalezas de nuestra economía, en la solución de carencias que arrastramos desde hace tiempo y también en la apertura de nuevas oportunidades. Si examinamos el balance económico de este primer año de gobierno, surge una imagen que ha logrado combinar lo que muchos creían imposible: el manejo macroeconómico serio, responsable, eficiente y transparente, con una política activa en la productividad y en la inversión social, en el desarrollo y el crecimiento. Hemos trabajado mucho para lograr este difícil equilibrio, pero los resultados están a la vista. En primer lugar, y aunque este Gobierno no concibe la macroeconomía como un fin en sí mismo, sí somos conscientes de que la estabilidad financiera es el pilar indispensable para construir nuestro programa de desarrollo. Y como muestra de esta preocupación por la estabilidad, quisiera destacar la drástica reducción del déficit fiscal, que ha pasado del 6.6% al 1.7% del PIB, al mes de noviembre. Esto significa alrededor de 100,000 millones de pesos. Sin tomar en cuenta que ya entre agosto y diciembre de 2012 habíamos reducido el déficit del 9% al 6.6%. Por supuesto, siempre tuvimos la opción de gastar más, ser menos estrictos con el déficit y exhibir una cifra de crecimiento más llamativa. Sin embargo no estábamos buscando un beneficio coyuntural y pasajero, sino corregir el rumbo del país y lanzar a la comunidad internacional y a los agentes económicos locales, una señal inequívoca de nuestra intención de cambiar; para mejor y para siempre. Nunca antes en la historia económica de una nación, que yo conozca, Gobierno alguno había realizado un esfuerzo de tal magnitud para reducir el déficit fiscal y llevar de nuevo las finanzas públicas hacia una trayectoria de sostenibilidad, sin crear convulsiones sociales, estancamiento o decrecimiento de la economía. Es preciso mencionar que buena parte de esta reducción es producto de la racionalidad del gasto público. Eso es, como dice siempre nuestro presidente, Danilo Medina, comenzar predicando con el ejemplo. Ese mismo manejo responsable se ha reflejado en la política monetaria, que ha servido como dinamizador económico, especialmente en apoyo a los sectores productivos. Vale la pena destacar también que el cambio controlado del peso frente al dólar ha ayudado a estos sectores a ser más competitivos en el entorno internacional. Por su parte, la inflación a octubre de 2013 fue de un 3,43%, proyectando terminar al mes de diciembre en 4,74%. Este indicador se ha mantenido estable y mantiene el dinamismo de nuestra economía sin poner en peligro los niveles de consumo interno. Como es lógico, todos estos óptimos indicadores, unidos a la sólida seguridad jurídica que ofrecemos, no pasan desapercibidos a los inversores internacionales, que han seguido confiando en nuestro país. Por este motivo, la República Dominicana sigue siendo el principal receptor de inversiones de Centroamérica y el Caribe. No es mi intención aburrirles con cifras pero, en cada uno de los principales sectores de nuestra economía, contamos con resultados que, incluso en el difícil contexto internacional en que vivimos, nos permiten mirar hacia el futuro con optimismo. Les diré, por ejemplo, que los ingresos por turismo aumentaron 6.6% en los primeros 9 meses de 2013. Y en noviembre el número de visitantes aumentó en 13%. En este mismo orden, el aeropuerto de Punta Cana tiene ya proyectado, para esta temporada alta, de diciembre 2013 a abril de 2014, un aumento en la llegada de turistas en un 17%. Estamos así consolidando uno de los motores tradicionales de nuestra economía. Otro sector que merece toda nuestra atención son las zonas francas, porque sabemos lo importante que es la inversión extranjera, por lo que supone para la creación de empleo y la transferencia de tecnologías. En el primer año de gobierno se han aprobado 64 nuevas empresas, 12 parques y 16 ampliaciones, lo que ha supuesto más de 10,000 nuevos puestos de trabajo y proyecta llegar a los 44,000 en los próximos 12 meses. Tenemos, además, una excelente oportunidad en el desarrollo de nuestras zonas francas, como consecuencia de la pérdida de competitividad de China. Nuestro país está entre los 16 elegidos en el mundo para recibir esas inversiones que salen del país asiático. Es por esto que el Gobierno está trabajando en una nueva ley de zonas francas con su marco legal adaptado a la OMC. Tenemos que aprovechar que somos uno de los solo 6 países del mundo que cuentan, a la vez, con acuerdos preferenciales y de libre comercio con Estados Unidos y con la Unión Europea. Eso y otros acuerdos alcanzados nos permiten tener acceso preferencial a 876 millones de consumidores en todo el mundo, con reglas de origen flexibles y favorables, que ofrecen tremendas ventajas para las empresas establecidas en nuestro territorio. Apoyar al sector exportador es uno de nuestros grandes retos, por eso trabajamos arduamente en apoyar a sectores productivos para su desarrollo y expansión. Las nuevas adquisiciones en el sector de telecomunicaciones prevén un aumento significativo del dinamismo de dicho sector y de los influjos de inversión extranjera. Para apoyar y viabilizar el relanzamiento del sector de telecomunicaciones, el Gobierno dominicano, a través del Indotel, se propone lanzar una licitación del espectro radioeléctrico que, en un período máximo de 5 meses, permitirá adjudicar frecuencias suficientes para todas las empresas de telecomunicaciones presentes en el mercado dominicano y aquellas interesadas en incursionar en el mismo. Gracias a esto las empresas del sector podrán disponer de espacio suficiente en el espectro para poder ofertar servicios de telecomunicaciones de nueva generación (4G), que requieren de banda ancha. Por supuesto, no voy a decirles que todo es color de rosa. Somos conscientes de que para algunos sectores este no ha sido un año fácil. Me refiero, por ejemplo, al sector comercial, que ha debido hacer frente a la proliferación de nuevas plazas comerciales, a la competencia desleal de la economía informal foránea, al problema de las pacas, a las compras por Internet y a la traída de los conocidos tanques. Sin embargo, tenemos confianza en que, juntos, podemos superar estos inconvenientes y así lo estamos haciendo. Vemos con optimismo el repunte de las ventas registrado a partir del “Black Friday” y estamos seguros de que la inyección de capital que se está produciendo en este fin de año será solo el comienzo de una nueva onda expansiva. Capítulo aparte merece el apoyo al sector agropecuario que, a través de las visitas del Presidente, está viviendo una auténtica revolución. La facilidad de crédito y el apoyo a las cooperativas están recuperando la viabilidad económica en el campo, creando oportunidades tanto para los pequeños productores como para las grandes inversiones. A la fecha se han realizado 54 visitas sorpresa con 355 compromisos, e inversiones programadas por más de 8,600 MM, los cuales llegarán, al 31 de diciembre de 2013, a unos 33,500 puestos de trabajo. Podemos decir, sin triunfalismos pero con firmeza, que estamos resolviendo el problema del crédito agropecuario. Podemos afirmar que en la República Dominicana estamos convirtiendo el crédito en un derecho y que al final del período será un problema más que habremos resuelto. Al formarse el Gobierno, encontramos tasas de interés para los préstamos agrícolas del 24%. Ahora mismo están en un 12% y en 9,5% la tasa con los fondos liberados del Banco Central. Además, estamos haciendo un esfuerzo sin precedentes para hacer más con menos, y eso se ha visto con especial claridad en lo referente a las obras públicas. Estamos modernizando nuestras infraestructuras como nunca antes. Finalizando en tiempo récord y con costos reducidos obras que llevaban años esperándose. Solo en este año hemos terminado todo el circuito de carreteras del Este, que darán un impulso sin precedentes al turismo. Pero además, para el 2014 finalizaremos la circunvalación de Santiago, y en los próximos dos años las del gran Santo Domingo, Baní y Azua. Estaremos por fin descongestionando los núcleos urbanos e integrando todo el país en una red única de comunicaciones. Esto nos permitirá el transporte rápido de mercancías y pasajeros uniendo todo el país, de norte a sur y de este a oeste. Sabemos que su trabajo, como empresarios, no es fácil. Pero pueden estar seguros que la ambición de este gobierno es convertirse en su socio más cercano y confiable. Y, de esta forma, estamos construyendo algo difícil de conseguir, pero vital para nuestra economía: confianza, predictibilidad y optimismo. Tres ingredientes clave para multiplicar el crecimiento. Estamos también asegurándonos de crear un terreno de juego económico donde las reglas sean iguales para todos, sin privilegios ni exclusiones. Instaurando procesos de supervisión pública en las compras y contrataciones, estamos creando una nueva cultura de la transparencia. Transformar el quehacer diario del gobierno es una tarea ardua y de seguimiento continuo. Porque entendemos que “hacer lo que nunca se ha hecho” comienza por cambiar muchas cosas al interior de las instituciones. De la misma forma, trabajamos sin descanso para resolver uno de los grandes problemas de nuestra economía: la informalidad. Y esta es una labor importantísima, porque no podemos olvidar que lo que llamamos informalidad, muchas veces no es otra cosa que una forma encubierta de pobreza y precariedad. Como ejemplo de este esfuerzo, podría señalar la formalización, en este año, de 58,635 negocios, gracias a las facilidades administrativas que hemos dado a través del crédito y una gestión eficiente de la DGII. Además, de la mano con la formalización vienen muchas ventajas, como el acceso al seguro social o al crédito, que ha permitido liberar a muchos pequeños emprendedores de las garras de la usura. También debemos reconocer que la informalidad esconde casos de evasión fiscal y competencia desleal. Por tanto, al regularizar, estamos reforzando un tejido empresarial más justo, sano y dinámico, abriendo las puertas a una economía más diversificada, con nuevos actores y en la que todos pueden competir en igualdad de oportunidades. Además, no tengan duda: los altos intereses del crédito informal, que hemos podido comprobar que prestan de un 10% a un 20% mensual y la precariedad, salen más caros que el cumplimiento legal de las obligaciones tributarias y las aportaciones a la seguridad social. Si bien el equilibrio macroeconómico y el apoyo a los grandes sectores productivos ha sido para nosotros una prioridad. Esto, sin embargo, no se ha logrado, en ningún caso, renunciando a nuestro programa de gobierno ni a nuestro compromiso inquebrantable con el desarrollo social. Por el contrario, se han priorizado todos los sectores que benefician de manera directa a las grandes mayorías populares, a la creación de empleo y a la dinamización de nuestros sectores productivos. Eso explica, en buena parte, la alta valoración que tiene el Presidente. Es decir, que los dominicanos perciben, con razón, que este es un gobierno que invierte en la gente y que gasta en lo que tiene que gastar. Un ejemplo de ello es la transformación completa de la educación. Estamos viviendo una auténtica revolución educativa simbolizada por la asignación del 4%, pero que apunta a mucho más. Este cambio de rumbo supone poner definitivamente al país en la vía de la competitividad, la modernización y la sociedad del conocimiento. Esto llevará a nuestro país a tener una nueva generación de jóvenes, que serán los responsables de dar el gran salto cualitativo y cuantitativo en el desarrollo de nuestro país. Solo en el programa de construcción de escuelas públicas y estancias infantiles, se está invirtiendo la cifra sin precedentes de 36,000 millones de pesos en 2013. Nunca antes en la historia de nuestro país se había iniciado un programa de construcción de escuelas tan ambicioso. Prácticamente, vamos a duplicar en tres años el número de estructuras educativas que se han construido en el país desde el comienzo de la República. Es cierto, no hay porqué negarlo, que el proceso tuvo sus dificultades de implementación al principio. Eso no permitió que los frutos de esa inversión fueran visibles hasta el último trimestre del año. Sin embargo, creo que compartirán conmigo que son dificultades comprensibles, por la magnitud del proyecto y también porque se decidió que fuera un proceso participativo y transparente. Así, en lugar de asignar la construcción de las 10,000 aulas a seis o siete empresas constructoras, el Gobierno optó por un sistema de sorteo, que permitió que más de 900 ingenieros tomen parte en la construcción de las mismas. Además, en el mes de noviembre se sortearon entre miles de ingenieros 8,000 aulas más. Esto nos garantiza que de enero a marzo de 2014, tendremos un dinamismo en la economía como nunca antes visto a principios de año. Esto sin contar las más de 200 estancias infantiles que es estarán construyendo a principios del 2014. Y tan importante o más que esta dinamización fruto de las construcciones serán los contratos con los proveedores de alimentos y servicios para los comedores escolares, que beneficiarán a miles de productores locales. Otro sector que estamos apoyando para diversificar las actividades económicas son las Mipymes, y a través del programa Banca Solidaria, hemos canalizado créditos por 3,115 millones que han beneficiado a 59,438 personas y/o pequeños negocios en todo el país, con un índice de morosidad de menos de un 1% (0,006%). Esto sin contar los miles de créditos de la Fundación Reservas del País y del Banco de Reservas, que están asegurando una gran cantidad de empleos. Es un trabajo de hormiga, que puede pasar desapercibido en un análisis económico de grandes cifras, pero que está llevando oportunidades y alegría a cientos de barrios y a miles de familias y es una herramienta muy importante para la tan deseada formalización. Y, lo más importante, en el largo plazo estamos creando una cultura del emprendimiento en nuestra población. Generando un tejido de pequeñas y medianas empresas que puedan crecer y diversificarse por si mismas en los próximos años. Otra importante acción, que beneficia a las clases populares al mismo tiempo que ayuda a activar la economía, es la construcción de viviendas económicas. Esta expansión abarca tanto al sector privado, que se ha beneficiado de los incentivos dispuestos por el gobierno, como al sector público. Como muestra de inversión pública en vivienda, cabe destacar dos proyectos emblemáticos, que están llamados a convertirse en ejemplo de comunidades sostenibles y de desarrollo integral. Me refiero a La Barquita y Boca de Cachón, donde miles de familias damnificadas por inundaciones van a contar con todo el apoyo de este gobierno para empezar una nueva vida, en un entorno igualmente renovado. Estos no son simples proyectos de construcción. Uno está en la parte urbana y otro en la rural. Lo que estamos haciendo son verdaderas transformaciones sociales en cada uno de ellos, con nuevas formas de vida, con residentes que paguen a tiempo sus servicios y con reglas claras para mantener el orden de los moradores. Este gobierno tiene el compromiso de enfrentar los grandes retos históricos de nuestro país y de sentar las bases para darles solución. Hemos dado grandes pasos por la educación, por el combate a la pobreza, por la salud, por el desarrollo del campo y del emprendedurismo, por la mejora de nuestra competitividad... Hemos alcanzado hitos importantes, como la renegociación del contrato con Barrick Gold o la adhesión al SICA, siempre mediante el diálogo y el respeto mutuos. Pero estamos enfrentando también retos complejos, como lo es el de la seguridad ciudadana o la modernización de nuestro sector eléctrico, en los que avanzaremos hacia una solución definitiva. Con esto, habremos resuelto dos problemas, cuya solución no disfrutaremos en nuestro gobierno, pero que beneficiarán a los dominicanos en los próximos años. Les invito a creer e invertir en la República Dominicana. Tenemos por delante un camino de progreso, de desarrollo, de creación de empleos. Estamos trabajando sin descanso para construir la sociedad de clases medias que deseamos sea la República Dominicana. Porque nuestro objetivo último es tener un país con una ciudadanía sana y educada. Con ciudadanos formados tanto personal como profesionalmente. El próximo año será otro año de realizaciones, de modernización y de cambio. Será el año de la consolidación de una nueva forma de hacer política y de un nuevo modelo económico. Terminamos 2013 demostrando, con cifras, que la redistribución de riquezas y el crecimiento económico pueden caminar de la mano. Comenzaremos el 2014 con el dinero suficiente para inyectar más recursos, desde el primer día, y consolidar nuestro modelo de crecimiento con justicia social. Apostando, cada vez más, por nuestra gente y por nuestra fuerza productiva. Pueden estar seguros. Este es un gobierno que tiene aún muchas realizaciones por delante, muchas buenas noticias por contar. Vamos a seguir haciendo lo que nunca se ha hecho, con audacia, con creatividad, con tesón y sin descanso. Vamos a honrar nuestros compromisos responsablemente, porque la República Dominicana ha puesto una enorme confianza en el Presidente y en su gobierno. Esa confianza, ese apoyo que se hace sentir en cada rincón del país es la energía que alimenta nuestro esfuerzo diario. Es un gran honor y una enorme satisfacción trabajar para este pueblo, de la mano de un líder como nuestro Presidente. Y esto solo es el principio. ¡Lo mejor del gobierno de Danilo Medina aún está por llegar! Les invito a ser parte de esta transformación y a seguir avanzando juntos.¡Manos a la obra!

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