Literatura
En todos los relojes, la tarde
Me gusta este libro porque sabe navegar. No es un manojo de textos unidos caprichosamente por su autora. Es un enjambre de poemas engarzados por su relación temática, por su aliento vital, por su demanda inclusiva. No son alegorías con propósito armador. Aquí hay una mirada, un tocar el fondo, una estrategia fuerte lograda en medio de intensas jornadas reflexivas donde el ser se transporta al interior de lo que escribe, en busca de su propia experiencia.
“En todos los relojes, la tarde”, su autora, Lery Laura Piña, no se deja envolver con pictogramas. Sabe manejar recursos expresivos. Y emplear esos recursos en la construcción de poderosas imágenes que van más allá de motivos sensibleros. Es una escritora con furias y miedos, “con un cuerpo que se vuelve tan ligero como una espiga”, y es capaz de “partir hacia el infinito”. Es un libro de viajes interiores y de prolongación del ser dentro de espacios cotidianos, no con mirada turística, sino con la intuición de quien sabe encontrar tesoros dentro de las piedras. Con Lery Laura Piña ha nacido una poeta con mayúsculas. Todos van a tener que oírla. He aquí un fragmento de sus mejores textos:
“La miro desde una soledad que no es de mujer./ Me mira desde una soledad que no es de flor./ Me cierro, me deshojo, me apago./ Ella solo tiembla:/ Diosa en el miedo./ Miedo a su única primavera./ No se trata de la vida, intentamos pasar como pasa el tiempo/ Pasa el grito./ Pasa el sollozo./ Pasa la mudez./ Y seguimos aquí./ Yo también le temo a ciertas horas de luz./ Porque no es fácil./ No es fácil envejecer atestiguando los atardeceres de esta isla./...
Salud y buena vida a su poesía.