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Cine

“Todo empezó como una aventura”

Después de estudiar cine durante tres años en Nueva York, el mayor deseo de Agliberto Meléndez era realizar producciones cinematográfi cas en su país. La Cinemateca Nacional queda como resultado de ese deseo.

En 1977 Agliberto Meléndez terminaba su carrera de cine y regresaba al país lleno de sueños. Venía dispuesto a realizar grandes esfuerzos para ver su deseo materializado. Un año después, el presidente Antonio Guzmán llegaba al poder y la sociedad respiraba aires de mayor libertad. Sin embargo, aun las grandes presentaciones cinematográficas no cobraban fuerza.

Su intento de hacer cine en un país donde hablar de ello era una ilusión, se convirtió en toda una aventura para Meléndez. Así que reunió varios amigos que compartían su mismo interés y luego de muchas conversaciones, pusieron manos a la obra.

Pintura blanca, un auditorio vacio del Museo de Historia y Geografía, varios proyectores de 16 milímetros y algunas películas clásicas de la colección personal de Meléndez fueron las herramientas utilizadas para crear lo que sería la primera idea de una cinemateca.

“Blanqueamos una pared con pintura y empezamos a exhibir películas, porque la atmósfera de aquel tiempo no era de ni siquiera exhibir cine y menos hablar de realizarlo, así que fue una aventura para mí porque yo tenía la inquietud de expresarme, así que comencé a reunir lo que se pudiera para una cinemateca o un movimiento a favor del cine”, expresa el director de ‘Un pasaje de ida’.

Para 1979, ese salón vacío del museo abrió sus puertas para inaugurar la entonces nombrada Cinemateca Nacional. Con el cambio de gobierno se entendía que habría nuevos horizontes y más oportunidad para la industria.

“La gente estaba ávida de un movimiento a favor del cine de calidad”, comenta.

Primeras películas El interés reinaba, el esfuerzo fue arduo, y la colaboración de otros no se hizo esperar. Junto a Adelso Calso, Omar Narpier y un grupo más de personas que tenían la inquietud de que se hiciera algo en la pantalla grande, se empezaron a presentar las primeras películas.

“Comenzamos con una colección de cintas de mi propiedad, pero hacer cine era muy remoto en ese tiempo y logramos montar la cinemateca como una base de operaciones, o un semillero”, expresa.

Dentro de su colección personal, Meléndez guardaba prestigiosas piezas del cine clásico como “El nacimiento de una nación”, de D. W. Griffith, que fue la escogida para inaugurar la noche que aportaría un nuevo rostro al entretenimiento nacional.

“El proyecto era una sala con un proyectorcito y una pared pintada de blanco. A esa velada concurrió hasta un grupo de embajadores, y nuestra emoción fue enorme porque no nos habíamos planificado para recibir esas personalidades, pero más aún porque nos brindaron su apoyo”.

A pesar de los asientos plásticos y la falta de comodidad del lugar, el público acudió llegando a reunir alrededor de 1,500 personas.

La sociedad solo conocía libros, no versiones cinematográficas, ni obras maestras. Así que clásicos como “El acorazado de Potemkin”, “El ladrón de Bicicletas” y la colección del realismo soviético, fueron algunas de las primeras que el público pudo disfrutar. Cada película mostrada era utilizada para educar a la audiencia, y a la vez entretenerla.

El público estaba ávido de disfrutar películas de calidad, por lo que unas 30 muestras fueron sacadas de la colección de Meléndez para la programación habitual de la recién creada institución.

Las funciones se ofrecían de jueves a domingo a partir de las ocho de la noche. Pero debido a la gran acogida que tuvo el proyecto y a la falta de espacio, se empezaron a realizar jornadas en las que diariamente se presentaba una película.

Apoyo y colaboración Además del grupo que inició los trabajos con Meléndez, otras personalidades hicieron su aporte. Marcio Veloz Maggiolo, quien se desempeñaba como subsecretario de Cultura para aquella época, fue de los que apoyó este proyecto. Julio César Castaños Espaillat, ex secretario de Educación, fue quien dio el respaldo general para crear la unidad de cine.

La cinemateca estaba abierta para todo público pero los que más asistían eran los estudiantes universitarios. Para integrar a los barrios se empezaron a realizar atractivos ciclos, en los que además de películas, se impartía charlas.

“Era mayormente la clase media estudiantil que asistía, pero había intelectuales y personas mayores que vivían en los alrededores que iban, pues era un pulmón de entretenimiento para ellos y un respiro”, explica.

“Algunos jóvenes que mostraban interés en el séptimo arte, se animaron a participar y colaborar con los fundadores entre esos: René Fortunato, Brando Hidalgo y Pericles Mejía”, agrega.

Debido a la amistad que Francisco Alberto Henríquez tenia con Agliberto Meléndez, este le proveyó de un nuevo local, más amplio y mejorado para trasladar la cinemateca hasta allí; espacio en el que se encuentra actualmente.

Cierre y apertura Las películas presentadas tenían el propósito de ilustrar a la sociedad, expandirles la mente y hacerlos más pensantes.

“Vinieron tiempos peores y el cine lo usábamos como un foco de ilustración social. Preparábamos ciclos sobre temas espinosos como el socialismo, el realismo soviético y la inquisición de la Iglesia Católica, eso despertaba roña entre los gobernantes”, resalta.

La película ‘Los demonios’ de Kent Russell era un film muy fuerte y fue la causa del cierre temporal de la cinemateca, así como el desplazamiento de Agliberto Meléndez de su dirección.

“Esta fue una película muy cruda sobre la inquisición. Un filme muy bien logrado, pero con la entrada de Joaquín Balaguer al poder y lo fuerte del tema, el gobierno cerró la cinemateca desde el 1986 hasta el 2002”, explica.

Hicimos una guerra fría y luego de los cambios de gobierno logramos abrirla en el 2002, y después amigos míos del gobierno nos ayudaron y se remodeló, cambiando todas sus instalaciones. Desde entonces ha tenido, directores conocedores del séptimo arte como Carlos Francisco Elías, Luis Rafael González, Lidia Bastos y Fiora Cruz Carretero, quien se encuentra en la administración actualmente.

(+) 37 AÑOS PRESENTANDO CALIDAD El pasado jueves 10 de noviembre la cinemateca celebró su aniversario número 37. Para hacerlo, llevó a las pantallas la película ‘Pasaje de Ida’, de su fundador Agliberto Meléndez. Además, se reconoció el trabajo de las diferentes personas que día a día trabajan para continuar con la labor de educar a través del cine. Para seguir con la celebración de su aniversario, al día siguiente se inauguró el ciclo de clásicos franceses, que esta abierto al público hasta el próximo miércoles 16.

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