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CAMBIOS EN LA LECTURA

Un pueblo sin bibliotecas que ofrecer

El aporte social que deben cumplir las bibliotecas junto a la educación aún espera en Jimaní, donde las autoridades no han asumido como prioridad el desarrollo cultural de los comunitarios a partir de la promoción de la lectura y el conocimiento

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Daniela PujolsJimaní, Independencia

La pobreza y el olvido de las autoridades determinan la situación de algunas provincias del suroeste de la República Dominicana. Bajo una nube de justificaciones estos territorios sucumben, y la evidencia resalta la ausencia de desarrollo cultural y social.

Jimaní refleja esta realidad. Aunque presencia arraigos culturales propios de su condición de provincia fronteriza, de acuerdo a sus habitantes, carece de iniciativas que ayuden a promover políticas para su crecimiento.

Al llegar al casco urbano de Jimaní — un pueblo rodeado por las aguas del lago Enriquillo, el sol ardiente sin horas de descanso, la cercanía de la frontera dominico– haitiana, los balnearios, y los pictogramas representados en las cuevas de La Descubierta, legado de los indígenas — sorprende que, en comunión con estas características, haya un pueblo sin salas de lectura.

Los jimanisenses no cuentan con una biblioteca. Han dejado al olvido esta institución de compromiso social que debe ir de la mano con la educación y el desarrollo de los ciudadanos. El Ayuntamiento Municipal tampoco dispone de ningún espacio para leer. Lo que así podría definirse fue donado al liceo principal Profesor Máximo Pérez Florián.

También afecta a la comunidad la inoperancia de un centro tecnológico comunitario, culminado y equipado desde hace varios años, el cual nunca ha sido puesto a disposición del pueblo. Otro caso es el del “Centro Cultural Yolanda Méndez de Peña”, del municipio de La Descubierta, el cual ostenta una hermosa edificación, pero hueca. De acuerdo a la encargada de cultura de la provincia, Mónika Pérez, este espacio aun no tiene una agenda de actividades propia de un centro de este estilo.

El atraso de esta comunidad, donde el comercio pudiera ser el único reflejo del diario vivir, se refleja con ímpetu en los parques. No se perciben movimientos de jóvenes realizando tertulias, reuniones grupales, mucho menos que lean. Todo esto ante la ausencia de un espacio comunitario para el cine, el teatro y otras actividades culturales.

La carencia y la falta de apoyo, conviven en los proyectos que se pretenden desarrollar. En el pueblo se encuentra la escuela de música “Villa Armonía”, pero carece de instrumentos. Mientras que en la marquesina de la vivienda de una reconocida munícipe, se encuentra el salón principal para los ensayos de danza y actividades de corte folclórico y cultural.

Solo entidades no gubernamentales y personas con interés en fomentar el desarrollo de esta provincia han llevado a cabo diversos proyectos culturales.

Por ejemplo, en dos comunidades adyacentes, La Descubierta y Postrer Río, se encuentran dos pequeñas bibliotecas auspiciadas por la organización Visión Mundial. Conviven en un espacio brindado por los ayuntamientos de esos municipios.

Soportes como bibliotecas

“Los jóvenes no quieren leer, es un problema que estamos tratando de sobrellevar”, expresa Nelina Trinidad, directora del liceo del pueblo. “El servicio de esta biblioteca que es propia para los estudiantes del liceo, también se abre al público”, agrega.

De acuerdo a Trinidad, propiciar el desarrollo de la lectura en Jimaní se ha convertido en un reto, más no imposible.

La maestra sostiene que, desde hace tres años, han enmarcado un plan de promoción de la lectura con los estudiantes de primero a cuarto de media, en el que las maestras de literatura les asignan un libro determinado. Luego de leerlo, los estudiantes deben rendir un informe por escrito,que promueva la buena escritura y la argumentación. Al final realizan una exposición grupal.

El éxito se ha dado paso a paso y ha sido el esperado, según Trinidad. Muchos de estos jóvenes han participado en competencias de lectura y han resultado ganadores.

Aparte de las actividades del liceo, Visión Mundial, una organización instaurada en el país desde 1989, lleva a cabo diversos proyectos para el desarrollo de la comunidad.

La organización cuenta con 268 voluntarios en 16 comunidades de la provincia. De acuerdo a Cleurin Volquez, representante de la entidad, los voluntarios, en su mayoría de escasos recursos, son incentivados con lecturas de incidencia social. “Trabajamos más los temas que los jóvenes no les gusta abordar, sobre tomas de decisiones, incidencia publica, democracia participativa, es en efecto empoderarlos para que puedan desarrollarse a nivel de liderazgo y ser entes de gestión”, explica Volquez.

Jimaní no es solo tragedia y pobreza. Tiene más para ofrecer. La cultura se desarrolla de manera continua, como representación de la identidad fronteriza. De acuerdo a Monika Pérez, el ballet folclórico y el grupo teatral han sido merecedores de premios en diferentes provincias, y en festivales culturales en Haití.

Y desde hace meses funciona el proyecto de desarrollo “Emprendimiento al cine comunitario”, una iniciativa que llama a la creatividad de los jóvenes con la realización de cine local.

Encargadas. Cleurin Volquez, representante de la ONG visión Mundial y Nelina Trinidad, directora del liceo principal Máximo Pérez Florián.

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