Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

DOS MINUTOS

El hombre buscado y buscando

Avatar del Listín Diario
Luis García DubusSanto Domingo

Lucas 19, 1-10

Un hombre de gran éxito. Eso era lo que decía todo el mundo. Todo el mundo, excepto J.H. Aún en medio de todos sus logros, él no era feliz. En medio del lujo se sentía solo, porque el lujo no acompaña.

Recuerdo perfectamente cuando me dijo: “He probado de todo: placeres de toda clase: prestigio, poder, honores y dinero. Y nada me ha satisfecho. Sigo teniendo un vacío, y sigo buscando cómo llenarlo”.

J.H. no era, ciertamente, un hombre corriente. Su búsqueda lo llevó a conocer al Señor Jesús muy de cerca. Yo lo sé porque era su amigo y lo vi. Finalmente encontró aquello que desde un principio estaba buscando.

Hoy vemos en el evangelio el caso de un hombre que era “muy rico”. Sin embargo, parece que, al igual J.H, tampoco Zaqueo era un hombre mediocre que se conformaba con lo material. Oyó hablar del Señor y tuvo deseos de conocerlo. Cuando por fin se encontraron, su felicidad dejó de depender de ninguna otra cosa. ¡Había encontrado lo que buscaba!

Todo el mundo, todo el tiempo, consciente o estúpidamente, está tratando de ser feliz.

Y hay tres vías falsas. J.H. por ejemplo, caminó por las tres.

La primera

Es tratar de proporcionarse todo el placer posible. ¿Es acaso malo hacer lo que nos proporciona placer? No, claro que no. Sin embargo, no estaría mal preguntarme si todo lo que hago en la vida está motivado por “darme gusto”. En ese caso seríamos un niño inmaduro que no sabe o no puede detenerse a pensar “¿qué es lo que me mueve a mí?” ¿Hago cosas que me cuesten por el bien de alguien más que “yo”?

¿En algunas oportunidades hago cosas con la mano derecha sin que la izquierda lo sepa?

La segunda

Generalmente, es la vía del dinero, del prestigio, la de “ser importante”, ser conocido, si es posible, “famoso”.

La tercera

Es la vía del mando, del dominio, del poder. Es cómo lograr que otros hagan mi voluntad, aunque sea por la oculta vía de la manipulación. ¿Acaso estamos usted y yo buscando la felicidad por esta vía?

Naturalmente, en ninguna de estas vías falsas hay paz interior. La felicidad, por consiguiente, está bloqueada.

Son caminos que conducen indefectiblemente al vacío y a la soledad. El único camino auténtico es la persona de Jesucristo. Como Él mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

La pregunta de hoy

¿Cómo saber en cuál camino estoy?

Si quiero saber por qué vía voy yo, puedo descubrir qué es es lo que me motiva, cuál es mi motor.

Si lo que me mueve a mí es pasarla bien, darme gusto; o que los demás me consideren importante, y me elogien; o si lo que me mueve es que me obedezcan, mandar, dominar... ya sé que voy por una vía falsa.

En cambio, si me mueve una voz interior que no es la mía, que me hace capaz de aceptarme y amarme a mí mismo, y a los demás como a mí mismo... estoy dejándome conducir por el único camino de la felicidad.

Usted y yo somos Zaqueo. El encuentro se produce cuando dos están buscándose, y lo importante es que antes de que Zaqueo buscara a Jesús, ya Jesús estaba buscando a Zaqueo.

¿Soy yo Zaqueo?

Tags relacionados