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REFLEXIÓN

Gente sencilla

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Teresa Valenti Batlle M.C.J.Santo Domingo

El Evangelio de Mateo nos acompañará cada domingo hasta fines de noviembre. Jesús, desde su sencillez, habla de sí mismo, presentándose como manso y humilde de corazón: no excluye ni habla mal de nadie, no se alegra con el sufrimiento de los demás, sino que desea el bien y la felicidad de todos. Ser pacífico es excluir todo tipo de violencia. Empieza con una oración de alabanza y agradecimiento. Entienden y sintonizan con Jesús los que están en la misma onda y tienen sentimientos de cercanía con Jesús y su proyecto. Los que tienen su mismo Espíritu. A través de sus seguidores puede darse a conocer más. Cuando se conoce a Jesús se conoce al Padre. La familiaridad con Dios nos la da el Espíritu vivo en nuestro corazón. Cuando deseamos hacer el bien es porque nos hemos dejado tocar por esas chispas divinas que llevamos en nuestro interior por el Bautismo que recibimos y que confirmamos con otros sacramentos. Ir ligero por la vida es haber experimentado que el yugo o la carga no la llevamos nosotros solos, sino que siempre somos acompañados por la Trinidad. Aceptar su yugo. Jesús no lo dice en el sentido de subyugar, de dejarse dominar, sino deseando andar por el mismo camino; los discípulos caminando al lado del Maestro, entienden lo que ÉL QUIERE DECIRLES. De Jesús se recibe la motivación y el coraje para caminar cada día. Jesús no impone cargas pesadas, sino que nos ayuda a llevar las nuestras y, también, aliviar las de nuestros hermanos. “SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, APRENDED DE MÍ”. Es una invitación de acompañamiento: “VENID A MÍ TODOS LOS QUE ESTÉIS CANSADOS Y AGOBIADOS, Y YO OS ALIVIARÉ”. En Él y con Él encontraremos descanso. Nos habla de carga ligera. Él ha asumido todas nuestras pobrezas, fragilidades y rupturas y en Él, sólo en Él, nuestro corazón encuentra paz, sosiego, destierro de toda violencia. Dios ha querido revelarse a los pequeños y sencillos y se ha escondido a los “sabios y entendidos”. La sabiduría y el entendimiento al que se refiere Jesús no son las que nos fabricamos nosotros; a los que padecen de “titulitis” Dios no les revela la auténtica sabiduría que enseña a los sencillos, humildes y al que quiere ser discípulo. El programa está claro: primero, alabar y bendecir, dar gracias por lo que el Padre nos da a entender.

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