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¿Homicidios o delincuencia?

Hace algún tiempo escribí un artículo motivando la implementación de un Sistema de Gestión para el manejo de la seguridad ciudadana y me sorprendí de que, al día siguiente, el editorial de este prestigioso matutino se tituló “Seguridad Ciudadana”, considerando que “la creación de un sistema debía ser una de nuestras más apremiantes prioridades”.

Este sistema integral debería abordar el flagelo de la delincuencia en toda su amplitud, incluyendo una parte de los delitos como lo son los homicidios. Trataremos de definir de una manera clara la delincuencia, en qué consisten los homicidios, y que recomendaciones prácticas podemos aportar para hacer algo que pueda surtir efecto a corto, mediano y largo plazo de manera permanente.

La delincuencia se enmarca en un conjunto de conductas que están tipificadas como delitos de acuerdo las leyes de un país determinado. Esto implica acciones ilegales que van desde robos, atracos, agresiones físicas, vandalismo, hasta delitos más graves como homicidios, secuestros u operaciones relacionadas con el narcotráfico, entre otros. Los homicidios, son un tipo específico de delito que implica la muerte de una persona a manos de otra. El problema en nuestro país es que de acuerdo a las estadísticas gubernamentales la tasa de homicidios ha bajado y es así, pero, el problema mayor de la inseguridad ciudadana con relación a la delincuencia, no son los homicidios, son los delitos relacionados con los atracos a mano armada y robos en todas sus facetas.

¿Qué ha ocurrido?, los delincuentes saben que si cometen homicidio en sus actividades delictivas van a la cárcel por mucho tiempo, pero por un “simple atraco” en muchos casos solo tienen que ir a firmar un libro cada cierto tiempo y son puestos en libertad. Mientras tanto los ciudadanos reciben los embates de la delincuencia y ni siquiera lo reportan a las autoridades, porque realmente son tantos los casos, que sería imposible darle seguimiento a un mínimo porcentaje de lo que ocurre diariamente. Si se hace una encuesta seria, se podrá verificar que son muchos los ciudadanos de los que tienen que tomar transporte público para realizar sus actividades diarias que han sido atracados por lo menos una vez.

Muchas personas entienden que el presidente Bukele resolvería el problema de la delincuencia en el país, pero, pasan por alto el que los pueblos son diferentes y no necesariamente aplican todas las estrategias que son implementadas. Lo que sí podemos asegurar es que muchas de las acciones que ha implementado ese señor en El Salvador, son aplicables en nuestros países. Iniciamos mencionando su lucha contra la corrupción en todo el país a todos los niveles, con esto da el ejemplo para tener la calidad moral suficiente para combatir los diferentes delitos relacionados con la delincuencia. Construyó una cárcel que será el hogar para que, sin apelación, aquellos que han cometido actos terroristas asesinando a sus conciudadanos, nunca más vuelvan a atentar contra la vida de otro ser humano. Una sanción ejemplarizadora, de condenas drásticas, que han sembrado el terror entre los remanentes de las bandas criminales que todavía están en algún lugar escondidos de las autoridades, y que ya se han comenzado a implementar también en otros países latinoamericanos.

Me sorprendió ver cómo en Vietnam la empresaria Truong My Lan que desfalcó un banco del país a través de acciones fraudulentas y corruptas, fue condenada recientemente a pena de muerte. Pero lo que más llamó mi atención es que el delito de atraco a mano armada es condenado en ese país, también con la pena de muerte. Lo mismo pasa en Singapur y otros países asiáticos.

En nuestro país no existe un sistema de sanción efectiva que lleve a los delincuentes a pensar antes de actuar y esta es una de las razones por la que estos no les temen a las autoridades. Por esta razón siempre he abogado porque sean incluidas en el nuevo Código Procesal Penal penas como las que aplica el presidente Bukele, y que le han dado resultado en su país.

En otro orden, haciendo un análisis sobre algunas acciones básicas que deberíamos estar realizando, yo me pregunto, ¿Sería muy difícil en la República Dominicana que todo aquel que renueve su cédula de identificación, se les tomen las huellas dactilares con equipos de alta tecnología y se haga un reconocimiento facial de cada ciudadano, de tal forma que estas informaciones, muy valiosas, puedan ser usadas por las autoridades policiales en sus procesos investigativos?

Otra interrogante: la mayoría de los atracos se cometen en motocicletas, normalmente sin placas, y siguen transitando en las calles, a plena luz del día. Cuando propuse el registro de las motocicletas, esto incluía un proceso de depuración criminológica de los propietarios, el registro per se, una placa visible y la colocación de un sticker de RFID, con toda la información de la motocicleta y su propietario, y esto no se hizo siguiendo este protocolo. Esto permitiría a la Policía Nacional, tener control del flujo y la circulación de las motocicletas que transitan en nuestras calles en cualquier momento usando lectores con la tecnología RFID. Si a esto le añadimos dentro de un plan piloto, lectores de RFID en cuadrantes modelos, podríamos saber en esas áreas quiénes se están desplazando en motocicletas, porque han sido integradas al sistema. Si incluimos cámaras con sensores inteligentes que detecten movimientos bruscos y alerten al sistema de monitoreo, y accionen a la vez drones especializados que habrían de dirigirse automáticamente a la zona del incidente, para orientar a las patrullas apostadas en esos cuadrantes sobre la posición del delincuente; ¿no estaríamos dejando algo, que sí representa control en los cuadrantes intervenidos? ¿Y es que es muy difícil implementar dentro de un sistema de gestión, elementos que ya han sido probados y usados con alta eficacia y eficiencia en otros países?

Si no usamos las herramientas adecuadas dentro del marco de un sistema de gestión, que garantice el cumplimiento de los objetivos que se propongan alcanzar, será imposible para las autoridades “Construir un clima de seguridad ciudadana basado en el combate a las múltiples causas que originan la delincuencia, el crimen organizado y la violencia en la convivencia social incluyendo la violencia contra la mujer, niños, niñas y adolescentes, mediante la articulación eficiente de las políticas de prevención, persecución y sanción” como se especifica en nuestra Estrategia Nacional de Desarrollo.

Ojalá que se pueda iniciar un esfuerzo conjunto, respaldado por una estrategia sólida y sostenible encaminada hacia la consecución de objetivos cruciales, manejados a través de indicadores en un sistema integral, para salvaguardar tanto el presente como el futuro de nuestra nación. Esta trayectoria debería estar marcada por acciones profesionales, meticulosamente planeadas, ejecutadas y supervisadas, y que sean tan contundentes que ningún delincuente pueda deshacer el progreso logrado.

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