PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

“Usted se va; pero yo me quedo”

En octubre de 1980, Arrupe recibe otro signo de que su gobierno no es bien visto. En el marco del Sínodo de Obispos, la intervención de Arrupe es considerada como “demasiado débil… en la defensa del magisterio de la Iglesia sobre la moral conyugal.

Muchos de los presentes no habían olvidado la actitud tibia, si no hostil, de muchos teólogos jesuitas con respecto a la Humanæ vitae.” (Gianni Bella,

Los jesuitas del Vaticano II al papa Francisco, 2019: 132, disponible en internet). Hay sintonía entre Arrupe y el Cardenal Eduardo Pironio, prefecto de la Vida Consagrada. Los obispos consideran el reporte de Pironio “demasiado benévolo y justificador”, Arrupe lo apoya con entusiasmo. Pironio fue beatificado el 16 diciembre, 2023.

Bella ha leído las notas de Arrupe de la visita del 17 enero 1981 a Juan Pablo II. El papa averiguó sobre los procedimientos que sigue la Compañía para dimitir a los que se separan de la orden y se pregunta qué habrá motivado ese paso. Quiere saber por qué ya “la Compañía… [no está] en condiciones de defender, en el plano doctrinal, al magisterio de la Iglesia, algo que ha constituido su fuerza durante siglos.” Le expresa a Arrupe que las informaciones que recibe de los obispos le presentan “un cuadro con tintas oscuras”; que los jesuitas que trabajan en la Universidad de Managua se presentan abiertamente como marxistas.

Arrupe defiende a la Compañía: “son casos aislados”. Wojtyla le comunica que en “el Vaticano hay bastante gente preocupada por la línea editorial de muchas revistas de la orden como: Sic, Orienterung, Études, Choisir, que siembran desconcierto y confusión, y no pierden la ocasión de criticar al papa y a los obispos.” Arrupe le asegura al Papa que no tema autorizar la convocación de una Congregación General “la Compañía le será siempre fiel y que obedecerá sus indicaciones”. En sus notas, el General jesuita advierte la “sinceridad” con la que le ha hablado el papa, pero Arrupe “se ha quedado impactado y amargado por la imagen tan negativa que tiene de la Compañía. Arrupe no cree que el pontífice tema verdaderamente que la orden no le obedezca. <>”.

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