El Índice de Pobreza Multidimensional

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Margarita CedeñoSanto Domingo

La República Dominicana adopta a partir de hoy el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), una herramienta de medición desarrollada por la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI por sus siglas en inglés), que ha sido aplicada con éxito en varios países, para medir las privaciones del hogar desde una óptica más amplia.

Esta iniciativa surge por el hecho de que la pobreza no está relacionada solo con el ingreso, sino que existen múltiples factores que pueden perpetuar la pobreza y reproducirla en un círculo vicioso que traspasa generaciones.

La medición multidimensional de la pobreza impulsa las prioridades definidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y constituye una evolución a la medición tradicional de la pobreza, que solo se centra en el aspecto monetario.

El IPM es el abordaje imprescindible contra la pobreza, porque constituye un diagnóstico más certero de la realidad de este fenómeno multicausal; toma en cuenta todos los indicadores del desarrollo, lo cual no se refleja en la pobreza medida desde el punto de vista monetario; y evalúa el impacto de todos los indicadores que inciden en el fenómeno, de forma tal que se puedan diseñar mejores políticas públicas, en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El IPM-RD es el resultado de varios años de investigación y colaboración con OPHI, con el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y por el compromiso del equipo de trabajo del Sistema Único de Beneficiarios.

OPHI ha impulsado el IPM-Global, que mide a cada país con la misma vara, estableciendo una realidad promedio a nivel mundial. Pero para que esta herramienta pueda ser aún más útil, cada región y cada país ha ido desarrollando su propio cálculo científico, en base a su realidad. ¿Por qué? Porque la realidad de África no es la realidad de Suramérica; porque la realidad de República Dominicana no es la realidad de Myanmar, por poner un ejemplo.

Es en ese sentido que Latinoamérica como región ha adoptado una versión de esta herramienta, diseñada en base a la fórmula desarrollada por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), con el apoyo de OPHI. En nuestro país, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo ha implementado esta herramienta, que nos permite compararnos como país frente a otros países de la región, como por ejemplo Guatemala o Colombia. CEPAL-MEPYD-OPHI mide a todos los países de América Latina y El Caribe con la misma vara; y además, nos permite comparar a la República Dominicana del 2000 con la República Dominicana del 2017.

El principal hallazgo de ese estudio realizado por MEPYD en base a la metodología de CEPAL-OPHI es que la tasa de pobreza multidimensional se redujo de 45% en el 2004 a 23.1% en el 2016

Ahora bien, con el IPM-Global podemos comparar a República Dominicana con cualquier país del mundo, y con el IPM-América Latina, podemos comparar a República Dominicana con cualquier país de la región latinoamericana, entonces: ¿Cómo podemos comparar a los dominicanos con los dominicanos? ¿Cómo sabemos cuál comunidad es más pobre que otra? ¿Cuál región está más necesitada? ¿Cuál carencia es la que pesa más en que Jaquimeyes sea más pobre que Vicente Noble? ¿O que Juan Bonilla sea menos pobre que María Castillo?

Es por esa razón que hemos desarrollado el IPM-RD. De la mano del Gabinete de Coordinación de las Políticas Sociales, que dirijo, la República Dominicana ha sido el país pionero de la región caribeña en el diseño y aplicación del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), como una herramienta esencial para la planificación de mejores políticas públicas, que respondan de forma más efectiva a las necesidades y a las aspiraciones de los ciudadanos.

Porque lo que nos importa no son sólo las estadísticas de pobreza, lo más importante para nosotros son las personas, es la realidad de los pobres, sus carencias y necesidades para un abordaje integral y efectivo.

Con este Índice podremos ver las diferentes privaciones de los hogares en detalle, los cuales pueden sufrir varias de estas carencias al mismo tiempo. En el caso de la República Dominicana, la colaboración entre la Vicepresidencia, el SIUBEN, el PNUD y OPHI-Oxford, ha permitido ampliar las dimensiones a ser evaluadas por el país, contando por primera vez con indicadores que miden dimensiones relativas a tecnologías de la información y la comunicación, la violencia de género y el emprendimiento; áreas vitales para el desarrollo en este siglo XXI.

Con la implementación de este IPM-RD tendremos información fiable, precisa y pertinente, para que los programas que emprende el Gobierno puedan obtener el resultado deseado y, en consecuencia, no hacer un uso poco eficiente de los recursos. El dinero es necesario para llevar a las personas de la pobreza al bienestar, pero para saber dónde invertir ese dinero, primero tenemos que comprender, a ciencia cierta y con mayor amplitud, su realidad social porque la pobreza es un círculo vicioso que puede atrapar aún a la más inteligente de las mentes.

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