Primera carta al rey
Desde la época de los romanos vimos como los instintos de las masas se desarrollan o se aminoran, en cuanto a la violencia, dependiendo el escenario natural y/o el generado por el emperador. Cuando la gobernabilidad empieza a salirse de control, los Estados normalmente recurren a la práctica que Juvenal (poeta romano) llamó: Panem et Circenses (Pan y Circo). El Pan y Circo no es más que entretener al pueblo y satisfacer el morbo. Los romanos usaban mucho el Coliseo Romano para satisfacer los instintos humanos. La estabilidad es la tarea más difícil que tiene el rey, pues balancear correcta y oportunamente los intereses republicanos, es de sabios y prudentes.
La coyuntura actual en República Dominicana ha levantado el espíritu y los instintos más básicos de la población, pues solo se requiere de una crisis económica o política para que el pueblo se levante. Para que el pueblo recupere la paz, necesita que su situación mejore, pero hay algo más efectivo que recuperar la economía (asunto que toma años), y es dar esperanza de cambio, y darle al pueblo lo que pide. No existe rey, ni presidente, que pueda gobernar llevándole la contra a su pueblo, y menos sobrevivir históricamente.
En República Dominicana se ha dado un despertar histórico, pues después de años de letargo debido a la tranquilidad de la globalización, y de la buena administración, la economía empieza a decaer, empezamos a ver la falta de empleo, los sueldos decreciendo (si lo enfrentamos con la devaluación e inflación) y una invasión haitiana, la cual se está comiendo los recursos y los empleos en República Dominicana. Por todo esto y más, podemos entender la gran irritación del pueblo dominicano. Bajo esas circunstancias, el pueblo se empieza a fijar más detenidamente en la vida política, empieza a dudar, a cuestionar la corrupción, y cuando algunos hombres nos paramos en contra de la corrupción que se descubría, cayó como meteorito proveniente de América del Sur, la red de corrupción más organizada y extensa de los últimos tiempos, atravesó como flecha, el corazón de República Dominicana.
El torbellino de corrupción de Odebrecht, y el poder de las redes sociales, terminaron por destapar una andanada de actos perversos de funcionarios dominicanos, que generó una revolución que busca dar la esperanza al pueblo, esperanza de que podemos volver a tener nuestra tierra como antes, o mejor, si nos plantamos a luchar de manera civilizada y reclamando nuestros derechos.
Todo esto ha puesto al Presidente, en una situación muy difícil, pero de la cual puede salir bien, esto puede darle más fuerza aun que antes. Presidente Danilo Medina, entregue a los corruptos, que usted no se va a empañar por la palabra de corruptos y perversos, nosotros no le creemos a delincuentes. Presidente aplique todo el peso de la ley a todos esos políticos que quisieron destruir la República Dominicana y su reputación.
“ Abstenerse de la imitación es la mejor venganza. “ Marco Aurelio