MI PALESTRA
Hoy y ayer
La democracia que nos dimos los dominicanos, imperfecta como toda obra de los hombres, es sagrada, y es el parto doloroso de más de una generación de hombres y mujeres decididos, muchos de los cuales dieron la vida por el régimen de derecho que hoy disfrutamos.
Algunos creen, por ejemplo que pueden inventar calumnias contra nuestro Cardenal, y reclamar que el Presidente que nos dimos los dominicanos salga del poder y con eso están confundiendo a las mayorías que ya sabe que ese proceder anti político y de pobre inteligencia no es más que el resabio de perdedores que participan en procesos democráticos pero que no saben aceptar la derrota, y el afán de poder de otros grupos enquistados en perversas mayorías para reclamar el regreso del caos y la sinrazón que antes nos obnubiló y nos llevó a la dictadura y al quítate tú para ponerme yo.
Hoy como ayer la democracia dominicana tiene enemigos, abiertos y encubiertos, y la patria de Duarte es objeto de pasiones y malquerencias, pero que nadie dude o piense que el país o Danilo Medina, Presidente elegido por el 62%de los votos, no sabe que hay qué hacer y cómo hacer para enfrentar a los enemigos de la paz y la libertad de los dominicanos.
Una cosa es el respeto y otra el miedo, se ha sido hasta ahora tolerante y más que respetuoso, educado y decente, pero todo tiene límites y hay espacios que no se pueden ni se deben violar, y hay obligaciones a las que no se puede renunciar, y la más sagrada es la de preservar la paz y la democracia que nos dimos los dominicanos, y eso por el bien de todos no conviene olvidarlo.