El Big Data público
En el marco del Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible, organizado por la CEPAL, tuvo lugar una sesión especial sobre la inteligencia artificial y su impacto en las políticas públicas. En esencia, se trató de un análisis profundo del impacto de la cuarta revolución industrial en la concepción y ejecución de las ejecutorias en la administración pública.
La conectividad está impactando nuestra vida diaria, y en la misma manera, está transformando la forma en que los ciudadanos requieren servicios del Estado, lo que en primera instancia exige de los servidores públicos un nuevo enfoque de lo que debe ser el ejercicio del Gobierno.
El reto principal proviene de la velocidad vertiginosa de crecimiento de la cantidad de datos. Para el 2020 habrá 50,000 millones de conexiones de personas, datos y objetos. Hoy en día, las Administraciones públicas no disponen de las herramientas y capacidades para digerir, comprender, analizar e interiorizar este volumen disruptivo de datos sociales y económicos.
Como planteó Robert Kirkpatrick, director de UN Global Pulse, a quien invitamos al país hace unos días para un Foro de Investigación Social, resulta imperativo evaluar la forma como podemos aprovechar aún más las informaciones que generamos, para que los programas que implementa el Estado sean más eficientes. Es un punto importante que también quedó claro en la Declaración de Santo Domingo, durante el reciente Foro Ministerial de Desarrollo Social, que va en línea con lo abordado en el evento que realizó CEPAL la pasada semana.
Propusimos que la región acuerde una estrategia para la instalación de laboratorios de Big Data públicos, y a la vez propiciar diálogos regionales sobre las normativas que deben regular el gran volumen de datos que la humanidad está produciendo. Hay que poner en manos de los ciudadanos el acceso a información pertinente, y así construir nuevas ideas que ayuden a cambiar los conceptos establecidos en torno a los servicios públicos
En torno al Big Data se pueden construir innumerables herramientas de gestión, adecuadas a las realidades socioeconómicos y geográficas de cada país y de cada subregión, para que las políticas públicas sean más eficaces.
La reunión debe unirse en torno al objetivo de tomar decisiones más eficaces y rápidas, ofrecer servicios más rentables y sólidos y colocar a los ciudadanos en el centro de todo lo que hace. Esto se traduce en una nueva concepción de la política y de la gestión pública, que requiere capacitaciones, propuestas de regulación, acuerdos de confidencialidad, sistemas con normativas de calidad y protección.
No habrá políticas públicas de calidad, que sean efectivas, eficientes, sostenibles y transparentes, si no apostamos al enfoque hacia la investigación social y el aprovechamiento de la información a través del Big Data.
Desde el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), estamos emprendiendo desde ya este camino, para la transparencia y eficiencia de la data y los servicios públicos.