Agonía en Constanza

De una forma tan sencilla como dramática: los próximos meses podrían ser recordados como la última oportunidad que tuvo Constanza de ser rescatada. La crisis productiva ha mostrado que, se derivará en crisis económica por todos los avatares que últimamente vienen afectando la ejemplar e incógnita región agrícola que es este enclave montañoso de la República. Es cierto que Constanza ha logrado un alto desarrollo en la innovación tecnológica agrícola (control de plagas y enfermedades, cadena de frío, hidroponía, invernaderos, variedades de cultivos; sus vías de acceso, aeropuerto, y siempre está activa y sus productores atentos a los cambios. Pero ello no obsta para que, detectemos problemas graves, proyectos incompletos, riesgos importantes, también oportunidades. Por ejemplo, es imperativo diseñar una estrategia para asegurar la estabilidad y prosperidad de los productores desplazados de Valle Nuevo. Esto incluiría resarcir y/o reasentar a los más carenciados, o, y es lógico, orientarlos a cultivos más rentables para disminuir el impacto de las medidas de protección de las “áreas vedadas”, si, entrecomillados porque parece que al parque sólo lo afectan los cultivos y no las viviendas. Pero es innegable que el lento ritmo y el limbo creado ha ido estimulando la ira y la inquietud en los desplazados. La ausencia de una perspectiva creíble hará más difícil su corrección. A la otrora líder zona de clima templado por la altitud, también han venido afectándole los daños devastadores del clima: la tormenta Mathew, granizadas, intensidad de las lluvias y la veda impuesta por los norteamericanos al país por la presencia de la Mosca de las Frutas, que desde 2014 le han asestado un duro golpe a los productores, especialmente a los que trabajan con invernaderos. Estas estructuras de alto costo de construcción y manejo (US$22 a US$32/mt2), sus propietarios arrastran deudas, intereses acumulados y mora que se hace imposible el pago y el calendario de cumplimiento. No hay dudas que terminarán arrastrados a la confiscación si no se busca la manera de extender y renegociar estos contratos de financiamientos, e, incluso, asistirles con subsidios del Estado como se hizo con productores de San José de Ocoa (se le otorgaron 53 millones de pesos). No cabe ser solidario con unos e insolidarios con otros. Constanza necesita una reconversión productiva con cultivos verdaderamente alternativos y para ello será necesario instalar varios laboratorios de producción por meristemos para producir masivamente plántulas de árboles madereros y de cultivos como la fresa que por su condición de hibridismo debemos producir los estolones por tejidos. Hay que eliminar aquellos cultivos que por ventajas comparativas y por economía de escala no aplican. Actualmente una planta de fresa de raíz desnuda importada cuesta cerca de RD$20.00, y esto es un costo muy alto para producir en áreas extendidas. Son desafíos que están al alcance de nuestras posibilidades, pues en La Vega, hay un moderno laboratorio para producir plantas in vitro, pero por limitaciones económicas (40 millones de pesos) no opera a máxima capacidad. La misma suma que le prestarán a los productores de fresa de Los Dajaos, Jarabacoa, y que constituye un verdadero riesgo. Constanza apremia una visita del Presidente, una visita pactada para enfrentar los problemas precedentemente citados.

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