Aborto: No miedo sino terror
Las causales del aborto intencional están basadas a todas luces en el relativismo, donde usamos una mentira, la forramos de falsa piedad y la convertimos en una “verdad”.
Las complicaciones durante el embarazo se presentan en la mayoría de los casos en el 3er trimestre del embarazo, o sea, después de las 20 semanas. En el caso de la Preeclampsia Severa con descompensación demostrada, se procede, de acuerdo al Protocolo de Atención para Obstetricia y Ginecología del Ministerio de Salud (marzo/2016), a desembarazar a la paciente aun estando conscientes de que, en algunos casos, el recién nacido no tendrá capacidad para ventilar debido a su inmadurez pulmonar.
En el embarazo Ectópico en las trompas de Falopio (primer trimestre), una vez hecho el diagnóstico, el tratamiento es desembarazo, porque de otra manera la paciente puede morir. En estos y otros casos no estamos ante un aborto “terapéutico” sino ante un acto médico lícito. Considerando que la ciencia médica enseña que terapéutico es sinónimo de sanar, es incongruente referirnos al aborto “terapéutico”.
El aborto provocado elimina a un ser humano indefenso y vulnerable con dignidad y derechos, en la primera etapa de su vida (concepción hasta el parto). Apelando a la Ética, ciencia universal, no constituye un aborto provocado la acción médica de extraer un feto cuando la madre puede morir. En esta acción médica no buscamos eliminar deliberadamente al concebido, aunque su muerte sea una posibilidad prevista. En este caso, los médicos estamos ante un principio de orden ético que encuentra sus raíces en aquel otro que manda a todo ser humano hacer el bien y evitar el mal y que es de aceptación universal.
En el caso de la mujer violada, víctima del acto criminal de un psicópata, basándonos en leyes que nos llevan al método científico, contrario a la ética como ciencia donde el método nos lleva a elaborar las leyes, intentamos borrar el cuerpo del delito con el aborto provocado. Sin embargo, las huellas que esto deja en la mujer son imborrables. De víctima la convertimos en victimaria, mientras el real victimario evade la justicia.
Constituyendo esto violencia contra la mujer. En los casos de embarazo por violación, ante este patético drama, la mujer necesita acompañamiento, comprensión, soporte, ayuda. Cuando la mujer es violada el dilema ético se hace más complejo. No es apoyo a la mujer dejarla sola ante el drama que ha sufrido y tampoco es un apoyo al concebido dejarlo solo a expensas de una ley que disponga de su vida. Necesitamos un Estado y una sociedad activos y presentes junto a la mujer agredida, ofreciéndole caminos donde no violentemos sus derechos como mujer ni la de su hijo. Ambos no tienen culpabilidad alguna del acto criminal que ha ocurrido. En algunos casos es comprensible que la mujer rechace a su hijo. Tiene el Estado la herramienta legal de facilitar su adopción.
Si analizamos la causal del aborto por malformaciones congénitas incompatibles con la vida (eugenesia), encontramos que generalmente estas malformaciones se diagnostican en el 3r trimestre del embarazo, aunque por sonografía genética y pruebas de cribado o rastreo los médicos pueden orientarse hacia la presencia de cromosomopatías del feto a las 10 o 13 semanas.
Los términos “incompatible con la vida” son contradictorios. El feto con malformaciones congénitas si dentro del lecho materno está vivo y después que nace permanece vivo 5 minutos, fue compatible con la vida intra y extrauterina. También si se obita dentro del útero a una edad gestacional determinada, vivió dentro del útero antes de morir.
En nuestro país un porcentaje de malformaciones congéticas ocurren por deficientes controles prenatales, de ahí que en mi práctica médica el pan nuestro de cada día es el hallazgo de anomalías cerebrales postnatales evitables, parte de ellas ocasionadas por enfermedades virales de la madre que pudieron haber sido tratadas antes del embarazo.
A esto debemos agregarle el margen de error diagnóstico en cualquier caso médico. La anencefalia, caso muy mencionado, especialmente por personas sin aval médico, se produce por factores genéticos, nutricionales, heredofamiliares, etiología desconocida etc. En los Estados Unidos han disminuido los casos luego de incorporarse en la dieta el ácido fólico en la mujer antes y durante el embarazo.
En Estados Unidos y Europa de donde nos envían importadas las causales, tienen la tecnología para el tratamiento intraútero de muchas malformaciones congénitas “incompatibles con la vida”. En nuestros hospitales no tenemos los recursos para tales procedimientos. Hemos avanzado en el tratamiento postnatal. Tal es el caso de la Maternidad Ntra. Sra. de la Altagracia, donde actualmente el Departamento de Perinatología tiene dos excelentes cirujanos que intervienen recién nacidos con malformaciones como Gastrosquisis, que muchas veces ameritan ser reintervenidos por complicaciones secundarias a la patología de base. Antes estos niños morían, actualmente no mueren porque la ciencia en estos casos se está utilizando para salvar vidas.
En estos casos de malformaciones congénitas complejas, el tratamiento a la embarazada y el entorno familiar es acompañamiento. Explicarle a la madre que tiene dentro de su vientre un hijo o hija vulnerable y enfermo que puede morir en cualquier momento. Los fetos o los embriones diagnosticados con posibilidad o certeza de una enfermedad grave merecen su vida, no porque así lo estimen sus padres, la ciencia (¿un Comité de ética?), sociedad, sino porque su vida es suya, no es de sus padres, de la ciencia o de la sociedad.
Ö.”en cualquier caso, acabar con la vida del feto enfermo o discapacitado, diagnosticado antes de nacer, es de una extremada crueldad y atenta contra el código deontológico de la profesión médica al acabar deliberadamente con la vida de un ser humano indefenso y lesionar la salud sexual y reproductiva de la mujer” (Nicolás Jouve, Genetista, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid)
No podemos tratar de reducir el aborto intencional a un problema de salud pública, político, social, jurídico, religioso, económico, es más que eso, es desconocer su verdadera naturaleza. Concurren, además tres circunstancias que agravan la injusticia del acto: la indefensión del no nacido, el grado de parentesco de quien consiente la agresión y la brutalidad del acto. Cada procedimiento quirúrgico utilizado para el aborto intencional es cruento y brutal. En sala de cirugía el feto o el embrión no desaparecen de forma mágica. No, es una intervención donde hay sangre, pinzas que cortan diferentes partes del cuerpo, se aplastan cabezas, se succionan cuerpos por un instrumento que funciona como una aspiradora de limpiar alfombras, etc.
Ö.”la tragedia demográfica es la que, en un horizonte, se presenta como la más grave amenaza para la supervivencia de la humanidad. Antes, todo hijo que nacía era bendito por ser garantía de vida, por el contrario, todo hijo que nace hoy es una contribución a la autodestrucción de la humanidad y por tanto es maldito..”(Pier Paolo Passolini, ateo, homosexual y militante comunista)
Ö.la identidad individual del nasciturus, presente en cada fase del proceso ontogénico, hace que el argumento del “hijo no deseado” salte por los aires:” La vida de ese hijo que tiene una identidad singularizada no tiene nada que ver con que otra persona, aunque sea su madre, lo desee o lo deje de desear”. “Y qué le importa al embrión, al feto, que tiene una vida individual propia y autónoma respecto de la madre, el no haber sido deseado por ella? Acaso puede un hijo asesinar a sus padres porque no desea tenerlos?”. “El proyecto de ley sobre el aborto, con fundamentos que para ella nos ofrecen sus defensores, manifiesta un gravísimo estado de corrupción ideológica de los dirigentes de la democracia realmente existente”. Si la ley vigente es éticamente inadmisible, “por lo menos no trata al aborto como un derecho de la mujer”Ö..(Gustavo Bueno, con relación a la despenalización del aborto en España, Padre del materialismo filosófico, ateo,
Ö.”cada uno de nosotros tiene un momento preciso en que comenzamos. Es el momento en que toda la necesaria y suficiente información genética es recogida dentro de una célula, el huevo fertilizado y este momento es el momento de la fertilización. Sabemos que esta información está escrita en un tipo de cinta a la que llamamos DN. La vida está escrita en un lenguaje fantásticamente miniaturizado” (Jerome Lejeune, Padre de la Genética moderna, descubrió causa del Síndrome de Dawn, se le negó el Premio Nobel por ser Provida)