¿Quién es el príncipe de Punta Cana?
¿Quién es el príncipe de Punta Cana? Los principados son efl uvios del azar, nos llegan por heredad familiar, por golpes de suerte, por las más inimaginables vías, por sucesión dinástica.
El Príncipe es un favorecido de los dioses, un aparecido que ha crecido próximo al mar y la luna llena, entre arbustos o cortinajes de seda y encantamiento.
Nadie nace sabiendo que es Príncipe, lo aprende, procura su ración mágica de juramentos y estilos, aunque los viejos Castillos han perdido colorido y fulgor, atrapados en las más oscuras intrigas, o superados por el proceso social evolutivo del desarrollo económico. Pero hay Príncipes que arriban tocados por circunstancias diversas, en un marco absoluto de probabilidades que no pueden ser vaticinadas. Nada los premia.
Nadie los busca para decidir su destino. La narración del “El Príncipe de Punta Cana” de Juan Lladó, es una provocadora invitación a encontrarnos, con una alteza silvestre que la vida pulirá, en cuyos andamios, se sostienen los oleajes vitales, la indigencia, el atractivo animal de los instintos. Es el autor quien lo coloca en el Principado, luego de una intensa narración de sucesos y de vidas vividas en sucesión impactante. En la organización de la legión romana, los príncipes eran soldados veteranos.
Se situaban detrás de los hastati y entraban en combate inmediatamente después de ellos. Los príncipes llevaban el peso principal de los combates, eran la columna vertebral de la legión romana. De esta imagen marcial a la inutilidad de los reinos humanos, que aún subsisten en las viejas capitales europeas, cuestionados y severamente citados en sus gastos superfl uos dentro del ordenamiento presupuestal, podemos colegir, que hablamos de un Príncipe diferente, elaborado cuidadosamente por el autor, cuyo arribo a las bienaventuranzas del éxito, será impulsado por hechos aleatorios pero decisivos en su vida.
Debo decir que me impresionó la soltura de la prosa narrativa de Lladó. Para ser su primera novela, resulta gratifi cante, el estilo, la forma descriptiva con la cual van apareciendo los personajes, la vida propia que toman éstos, el desarrollo de las personalidades, las creencias, los cultos, la memoria rural, los misterios, lo mitos que rodean el entorno, mientras impacta el curso narrativo en dos planos simultáneos que no demoran en fusionarse para darle un sentido coherente y alusivo. Tal y como señala el escritor francés y universal, Albert Camus, “¿Qué es, en efecto, la novela sino este universo en que la acción halla su forma, en que las palabras del fi nal son pronunciadas, los seres entregados a los seres, en que toda vida toma la faz del destino? El mundo novelesco no es más que la corrección de este mundo, según el deseo profundo del hombre. Pues se trata indudablemente del mismo mundo. El sufrimiento es el mismo, la mentira y el amor. Los personajes tienen nuestro lenguaje, nuestras debilidades, nuestras fuerzas. Su universo no es ni más bello ni más edifi cante que el nuestro. Pero ellos, al menos, corren hasta el fi nal de su destino y no hay nunca personajes tan emocionantes como los que van hasta el extremo de su pasión…”.
Esta obra de Juan Lladó es literatura bien escrita, con diversas manifestaciones culturales, con arraigo social, y sobre todo con una visión emancipadora de muchos de los pobres muchachos que trabajan en los hoteles de la zona turística del país, y que son juzgados con demasiada dureza, a pesar de que la mayoría emprende caminos liberadores, empresas útiles y sirven a la sociedad.
En gran medida Lladó reivindica la parte de luz de una generación de servidores, que aprenden otras lenguas (sedimento cultural enriquecedor) de otras naciones y se deciden a emprender nuevos caminos tras sus objetivos de lograr familia, bienes y poder solidario para con sus parientes. Ahora, si alguien me preguntara, ¿quién es el Príncipe de Punta Cana? Le diría sin vacilaciones, el personaje central, Nazario y los miles de Nazarios, que desde la pobreza y la humildad más honda, sueñan y viven con su trabajo luchando por un mundo mejor, donde disfrutarán de una vida plena y justa, que les niega el sistema injusto en que vivimos. Pido amigos lectores convencido, que no dejen de leer esta novela, que leí de un tirón, porque el texto narrativo, aborda la tragedia y el destino, legando la calidad y belleza, de una encantadora fi cción que trueca en amuletos y cascabeles, el tributo a la superación personal y a la tarea ineludible de tener sueños, y conquistar el futuro, en medio del infi erno de la inopia y la desigualdad humana.