Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Tiempo para el alma

“Lo que Dios desea de ti: simplemente, que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con tu Dios”. Miq. 6: 8.

Respeto, misericordia, humildad. Con ellos el pluralismo y el entendimiento de la riqueza de la diversidad, que nos hacen respetar y ganarnos el respeto; la empatía y el sentido de humanismo que nos hacen ver a nosotros mismos en los demás y a Dios en los demás, que nos detienen en medio del afán y la ocupación personal para dar un gesto, una palabra, una ayuda a quien está huérfano de esperanza; esa empatía y humanismo que le dan sentido al “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Sentir el reinado al revés, la exaltación de lo pequeño, de lo minoritario, de lo bueno, de lo sano, de lo santo, y dejarnos revestir de todo eso para obrar con humildad en un mundo que nos empuja al culto al “yo”.

Respeto, misericordia, humildad. Lo que Dios desea de ti, de mí, es tan simple que por elemental nos resulta complejo, por espiritual nos resulta lejano, por bueno nos resulta difícil. Y qué fácil es, qué bien nos sentimos al ser respetados, perdonados, escuchados, valorados. Empecemos entonces por lo siguiente: dar como queremos recibir, amar como queremos ser amados, tratar como queremos ser tratados. Llegaremos así al fin pleno de vivir y ser feliz.

Tags relacionados