ORLANDO DICE...

Quieren compartir la cama

LA CUESTA.- La situación clara, la cuestión simple. Ofende que el PLD lo sea todo, y ya no solo políticamente, pero no se nota esfuerzo por crear una real alternativa. Una competencia de cuidado que pueda considerarse peligro. La incapacidad hace ola, y de la incompetencia ni se diga. ¿Cuál es el problema? La verdad es que al PLD no se le regaló nada, y tampoco nada le cayó del cielo. El partido hizo la tarea, y cuando llegó el examen, pasó la prueba y promovió el curso. De oposición a gobierno. Ahora se dice que el PLD esto o lo otro, y se olvida que no siempre fue lo que hoy. ¿Acaso no se hacía burla de los peledeístas de que andaban en chancletas, y ya en el poder, montaban yipetas? Siguen en yipetas, solo que cada vez más lujosas y confortables. ¿Por qué se le hace tan difícil a sus oponentes subir la cuesta, si, vista bien, no es más empinada que antes? Un partido de cinco mil votos en sus inicios, ahora no solo predomina en el escenario político, sino que seduce como el mejor de los amantes...

EN CAMA.- Alguna razón tiene que existir para que los demás grupos políticos, en vez de acomodar su propia cama, quieran compartir la suya. Ni don Juan Tenorio que fuera. Pudo haber sido una vez, pero el fenómeno se agranda y acentúa. No solo Partido Reformista Social Cristiano y Bloque Progresista, sino que ahora PRD, MODA, e incluso partidos de existencia incierta dan por seguro que amarrarán su caballo a esa carreta. Ya ni siquiera es grano a grano, como la gallina, sino que dueño del predio, tiene a su disposición todo el maíz. Y dicha situación no se origina a escondidas, en secreto, sino delante de todos, de manera que no pueda alegarse ignorancia. Grave por igual que no provoque reacción, y eso es raro, pues hasta por dialéctica debiera darse una fuerza contraria. El PRM, que debiera ser, se deja consumir por las encuestas. Sus dirigentes no asumen lo elemental: que la política es pasión, el voto emoción, y si el candidato no apasiona ni emociona, la mitad del pleito está perdido. Luis Abinader necesita un nuevo comienzo, pues con lo andado hasta ahora no llega a destino...

LA DEUDA.- Cuando se lee o escucha lo que se dice de los peledeístas en el poder, se comprueba que el problema es mayor. No son sus políticas lo que molesta, sino su impunidad. Como se despachan y hacen del Estado un botín, aunque ya no puedan ser calificados, o descalificados, como comesolos. Los peledeístas no solo tienen muchos socios, sino que la asociación podría ampliarse y ser mayor el número de beneficiarios. Entonces ¿cuál podría ser la alternativa de cambio, si los oponentes, además de talentos fallidos, andan persiguiendo sombras y dejan que las realidades pasen por su lado sin notarlas, como si fueran invisibles? La semana pasada se denunció que el endeudamiento del gobierno era para financiar la reelección. Ese pronunciamiento, además de charlatán, fue una bandera equivocada. Hace mucho que el sector privado se quejó y los préstamos continuaron de lo más campantes, y lo que estaba en agenda no era la reelección, sino el retorno de Leonel Fernández. Las razones del endeudamiento son otras, y echar la culpa a la reelección es perderse en el bosque de la China...

ECONOMISTAS.- Recordaba Paul Krugman en su último artículo como en los años setenta y ochenta del siglo pasado, los economistas de la Escuela de Chicago tuvieron dominio de la economía en América Latina, y todo para decir que ahora los graduados del MIT tienen el manejo de las finanzas mundiales. Habría que ver de cuales academias proceden los economistas dominicanos de esta época, y descubrir las fallas. Afirmar que el endeudamiento es consecuencia de la reelección, es hacer pedestre un tema fundamental, y que debiera ser objeto de un debate serio y profundo. No solo se está jugando con el presente, sino con el futuro. Lo que debió decirse era como una nueva administración financiaría el presupuesto del gobierno o el desarrollo nacional, sin recurrir al dinero fácil de las acreencias. Pero no. En vez de política, politiquería, y la verdad sea dicha: Por esa vía difícilmente pueda vencerse la reelección. Desgraciadamente, pero siempre será más fácil dar un foul, que batear un hit, y es con hit que se embasa el jugador...

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