Escándalos y noticias

Los escándalos no son exclusivos de los artistas como se pretende hacer creer o limitados a ese ámbito. Los hay de empresarios, deportistas, políticos, religiosos, entre otros. Existe uno en particular, que sin publicitarse es tan grave como cualquiera de los anteriores; el de algunos directivos de instituciones sociales que pesan más por el componente social que tienen y la falta de coherencia que los arrastra. Sin embargo, lo que se destaca en estos comportamientos no es sólo el escándalo en sí, sino cuando estos dejan de ser noticia. En otras palabras, cuando son tan frecuentes que la gente los ve como normales. Sucede igual cuando en un grupo de amigos o relacionados se difunde la noticia de que un directivo de una institución social se dedica a pervertir jóvenes de escasos recursos económicos, regalándole enseres domésticos a cambio de favores sexuales, publicando luego la importancia de los valores morales. Por igual, una persona que teniendo preferencia sexual hacia su mismo sexo, y estando casado, se dedica a dar charlas sobre el valor del matrimonio. En estos casos, la intención no es solo destacar la falta de coherencia, que la hay, sino que cuando en círculos privados se comentan estas “preferencias”, la opinión de los “comentaristas“, es que esas personas tienen tantos escándalos que ya no son noticia. En esto se aplica una frase de Cicerón de que esta gente hace más daño con el ejemplo que con el pecado. No obstante, el mal ejemplo corrompe, se presenta con tanta fuerza en nuestra alma que adquiere la categoría de una norma perniciosa y hasta con autoridad. Se dice que un maestro de vicios sólo con su “influencia” puede corromper a toda una comunidad. La simpleza o pasividad con la que muchas veces recibimos algunas noticias y el no saber medir sus consecuencias, nos hace cómplices de estas inconductas, que para gente sin escrúpulos forman parte de un teatro que solo divierte y en una “escuela de moral”, que corrompe a la vez la moral y la ética.